Mia posa como una modelo profesional mientras Raúl devora todo lo que ve a su paso
La familia De Molina no ha dejado de disfrutar ni un solo segundo en su paso por el continente asiático. Platos exóticos, hermosos paisajes y atardeceres de revista han hecho de este viaje familiar uno de los mejores.
Para Raúl, viajar cómodo es una prioridad y en este viaje se aseguró de obtener las mejores sillas en el avión.
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Los atardeceres en Malasia han sido sin duda una de las cosas más bonitas en este viaje y Raúl no ha dejado de fotografiarlos y de aprovechar la romántica luz para lograr lindas fotos.
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Mia usó ropa muy acorde a la ocasión y hasta caminó como toda una modelo de pasarela.
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Ella sabe combinarse muy bien a la hora de vestir y este atuendo de colores negro y rojo la hicieron ver sencilla y juvenil pero con mucho estilo.
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Raúl tiene un gran apetito para la comida de mar y los calamares y langostinos frescos son su debilidad.
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Mia aprovechó las cálidas aguas de las piscinas del hotel para relajarse, tomar el sol y hasta para posar para el lente de la cámara.
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La belleza natural de Malasia no tiene límites y Mia quería captar el máximo de imágenes posibles para recordar esta mágico lugar.
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Salir a cenar es sin duda la parte del día que más disfruta Raúl y a juzgar por su cara en esta foto, podemos notar lo emocionado que estaba por los platos que iba a deleitar.
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Las instalaciones del hotel donde se hospedaron en Langkawi hicieron que el viaje fuera muy relajante y armonioso.
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Nada como una buena comida después de un día entero en la playa donde terminaron bronceados y con mucha hambre.
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No hay duda que Malasia cautivó el corazón de Raúl y se convirtió en uno de los destinos más exóticos que jamás haya visitado.