El trabajo sin descanso no bastó para que la pandemia y una estafa pusieran en riesgo un sueño de años
La familia Islas doblaba turnos y hacía cuanto tenía en sus manos para hacer realidad el sueño no solo de su hija Kimberly, sino de los padres: una fiesta de 15 años de ensueño, con 250 invitados y como marca la tradición ecuatoriana. Sin embargo, el sueño se iba por la borda en plena pandemia y por una estafa que los dejó sin ahorros.
El trabajo sin descanso no bastó para que la pandemia y una estafa pusieran en riesgo un sueño de años
La familia Islas doblaba turnos y hacía cuanto tenía en sus manos para hacer realidad el sueño no solo de su hija Kimberly, sino de los padres: una fiesta de 15 años de ensueño, con 250 invitados y como marca la tradición ecuatoriana. Sin embargo, el sueño se iba por la borda en plena pandemia y por una estafa que los dejó sin ahorros.