Respira profundo. Tómate unos minutos para sentarte derecha y realizar algunas inhalaciones y exhalaciones. Con una mente en blanco regularás tu ritmo cardíaco.
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Desconéctate. Si es posible, durante el tiempo que no estás trabajando procura olvidarte de todos los elementos que te mantengan atada a la rutina.
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Consiéntete. Date gusto preparando una comida caliente o una bebida reconfortante que te nutra y regule tu temperatura corporal.
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Mantente activa. Algo de ejercicio cardiovascular después de un día de trabajo no sólo te ayudará a mantenerte en forma, sino que liberará endorfinas que te quitarán toda la presión del día.
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Aromatiza tu hogar. Prende velas o inciensos con un olor que te agrade y sea relajante como el sándalo, la lavanda o el jazmín.
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Estos olores no sólo tienen propiedades relajantes, sino que se ha comprobado que combaten la depresión y el insomnio.
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Usa la ropa adecuada. Procura utilizar ropa con tejidos naturales como lino o algodón, para que la piel tenga la oportunidad de respirar mejor y te sientas siempre fresca y suave.