Dormían en el suelo, hacinados y con frío: testimonios en audiencia contra condiciones de centro de ICE en Broadview

Migrantes que fueron detenidos y retenidos, testificaron en una audiencia federal el martes 4 de noviembre, sobre el centro de procesamiento de ICE en Broadview, cerca de Chicago. Denunciaron hacinamiento, baños desbordados y agua “con sabor a alcantarilla”, alegaron también falta de atención médica, comida insuficiente y presión para firmar documentos de deportación.

Video Demandan a ICE por “condiciones inhumanas” en centro de procesamiento en Broadview

Chicago, Illinois.- En un tribunal federal de Chicago, el martes 4 de noviembre, un juez escuchó testimonios sobre las condiciones en el centro de procesamiento de ICE en Broadview, utilizado para llevar a las personas detenidas durante la operación 'Midway Blitz'.

Tres personas que estuvieron detenidas en Broadview ofrecieron su testimonio sobre su experiencia en este centro, al juez de distrito Robert Gettleman.

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Una demanda presentada la semana pasada acusa al gobierno de negar acceso adecuado a alimentos, agua y atención médica, además de presionar a los detenidos a firmar documentos de deportación sin comprenderlos, privándolos de sus derechos y de comunicación privada con abogados.

“Esto no es cuestión de no tener un baño o una botella de agua de marca”, dijo Alexa Van Brunt, abogada del MacArthur Justice Center. “Es un conjunto de condiciones extremas que, tomadas en conjunto, muestran una situación aterradora”.

Antes de que comenzara el testimonio, el juez Gettleman calificó las denuncias como “repugnantes”. “Tener que dormir en el suelo junto a un baño desbordado, eso es obviamente inconstitucional”, señaló.

Relatos desgarradores de los detenidos

Felipe Agustín Zamacona, un conductor de Amazon de 47 años, dijo que había 150 personas en una celda. Para poder acostarse, tuvo que tomar el lugar de otro detenido que se levantó para usar el baño.

Zamacona reconoció que quería beber agua, pero que al intentar tomar el lavabo, relató, esta “sabía a alcantarilla”.

La abogada del Departamento de Justicia, Jana Brady, reconoció que no hay camas en el edificio porque no fue diseñado para detenciones prolongadas, pero aseguró que las operaciones han mejorado en los últimos meses y que las condiciones “no son suficientemente graves”.

Pablo Moreno González, de 56 años, relató a que fue arrestado mientras esperaba iniciar su jornada laboral. Estuvo en una celda con 150 personas, sin camas, mantas, cepillos de dientes ni pasta dental. “Era demasiado, simplemente demasiado”, dijo entre lágrimas.

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Moreno González denunció que, nunca pudo hablar con su abogado. Narró que en la celda no había camas, ni colchones, ni cobijas; dijo que todos los detenidos estaban sentados en sillas o en tirados en el piso

Además, dijo que durante el tiempo que estuvo en Broadview nunca le dieron un cambio de ropa, no había duchas y los baños estaban según él en condiciones deplorables

Los hombres también relataron que las luces estaban encendidas durante la noche, lo que dificultaba poder conciliar el sueño.

"No sabía lo que estaba firmando"

Claudia Carolina Pereira Guevara, madre de dos hijos que se quedaron en Chicago tras su deportación, pasó cinco días en Broadview en octubre y dio su testimonio en videollamada desde Honduras; ella señaló que tuvo que destapar un baño obstruido y que no se le proporcionaron artículos de higiene ni ropa limpia.

Pereira confesó que no se pudo bañar durante los días que estuvo en el centro, porque no había duchas disponibles. "No había privacidad de nada", la mujer dijo que habían dos cámaras enfocadas a los baños.

El relato de Pereira coincidió con el de Moreno González, quien testificó que, durante el tiempo que estuvo en Broadview nunca le dieron un cambio de ropa, no había duchas y los baños estaban en "condiciones deplorables".

Los tres migrantes denunciaron que las luces estaban siempre encendidas, y que hacía frío.

Vlaudia Pereira dijo que el agua del lavabo era de mala calidad y, cuando pedían agua, les indicaban que esperaran hasta la comida.

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Pereira Guevara también relató haber firmado documentos de deportación que no entendía, ya que no le tradujeron la información y le aseguraron que si no firmaba permanecería detenida indefinidamente. Posteriormente, fue trasladada a Luisiana y deportada a Honduras, dejando a sus hijos en Chicago con un familiar.

Durante su estancia, Pereira Guevara vio cómo otro detenido sufría lo que "parecía un infarto", sin que los oficiales intervinieran adecuadamente.

Guevera dijo que se sintió mal de salud tras las condiciones, y que solo la pusieron en una silla de ruedas y le dieron un medicamento, pero no le dijeron qué era; luego la trasladaron a una celda con otras siete personas.

Departamento de Seguridad Nacional responde

Univision Chicago solicitó conocer la respuesta del Departamento de Seguridad Nacional a estos señalamientos, y esto respondió:

“Todas las personas detenidas reciben tres comidas diarias, agua, acceso a teléfonos para comunicarse con familiares y abogados, así como atención médica adecuada. Además, los baños sanitarios cuentan con paredes que garantizan la privacidad.”

Si el juez determina que las condiciones son efectivamente inhumanas, podría ordenar el cierre del centro o imponer límites estrictos a su operación.

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