Comen pirañas, también micos, caimanes y básicamente todo lo que de la tierra y el agua que los circunda. En la selva boliviana, la más virgen de la Amazonía, vive el pueblo tsimane, uno que a diario recorre bastos territorios, a veces hasta durante más de siete horas, para cazar su cena, uno que además, según un estudio publicado por The Lancet es la población del mundo con los más bajos índices de enfermedades cardíacas.
Tsimane, el pueblo indígena boliviano con el corazón más fuerte del mundo
Este pueblo indígena es la población con los más bajos índices de enfermedades cardíacas del mundo. Un hombre tsimane de 80 años es igual al de un estadounidense de tan solo 50. Comen micos y pirañas y los científicos apenas se aventuran a desentrañar las razones de su buena salud.

La afirmación parece un poco grandilocuente, pero los investigadores han revelado que el corazón de un hombre tsimane de 80 años es igual al de un estadounidense de tan solo 50. Los estudios fueron hechos en 705 indígenas que viajaron horas en canoa para llegar a la clínica más cercana. Ahí, sometieron sus inexploradas arterias coronarias a un sofisticado examen que medía el nivel de plaquetas de calcio, según los investigadores, el indicador más fiable de enfermedades del corazón.
“Si pensamos que las plaquetas de calcio son una medida razonable de la edad de las arterias, sus arterias en promedio son 30 años más jóvenes que las nuestras”, le explicó al The Washington Post, Randall Thompson, uno de los autores del estudio.
“No me sorprende este hallazgo”, asegura por su parte Wigberto Rivero, antropólogo boliviano experto en este pueblo indígena amazónico consultado por Univision Noticias. “ Los tsiname (la Tsi se pronuncia como chi) son un pueblo muy longevo, que desde 1999 viene siendo estudiado por la comunidad científica y cuya relación con la naturaleza, con las plantas medicinales específicamente, les ha permitido, por ejemplo, hacer frente a enfermedades mortales como la leishmaniasis”.
Los científicos del estudio, sin embargo, no se atreven a lanzar una hipótesis clara sobre las razones que han influido para que durante años este pueblo se haya mantenido inmune a una enfermedad que no solo aqueja en proporciones astronómicas a los estadounidenses (es junto al cáncer la primera causa de muerte) sino que incluso está muy presente entre otras comunidades indígenas que han sido estudiadas por el mismo equipo en Egipto, Perú y las Islas Aleutinas.
A pesar de no poder señalar una razón única hay factores que a simple vista no son desestimables para que los Tsiname hayan creado una estirpe de corazón fuerte. Son un pueblo itinerante, es decir, que no está asentado en un solo lugar, sino que recorre la selva de un lado para otro en búsqueda de ciertos objetivos como cazar o pescar. Eso hace que sea un pueblo alejado del sedentarismo típico de occidente.
Su dieta, además, aunque tiene un 14% de proteína, un 14% de grasa y 72% de carbohidratos, es libre de grasas saturadas. “Los tsinames comen mucha yuca y maíz que se da naturalmente o se obtiene por cultivos pero que claro es toda de naturaleza orgánica”, explica Rivero.
Quizás sean las bondades de comer mono capuchino o caimanes, quizás seas esas pirañas que tan mala fama han cobrado en las películas, pero lo cierto es que hay un secreto en la forma de vida de este pueblo que puede ilustrarle a un mundo acongojado por la enfermedad cardíaca cómo vivir.
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