Esta perra "no estaba interesada" en descubrir explosivos así que la CIA la 'despidió'

La agencia explicó que Lulu no prestó atención durante el entrenamiento en el que debe aprender a reconocer 19,000 olores. Tras ser expulsada, ahora tiene una nueva vida "oliendo el rastro de conejos y ardillas".

Video En video: Lulu, la perrita 'despedida' por la CIA

No todos los trabajos son adecuados para cualquier candidato y menos si se trata de uno en el que la vida puede estar en juego. Y eso es precisamente lo que le ha pasado a Lulu, a quien la CIA ha dado de baja de su programa especial para detectar explosivos. ¿El motivo? Sencillamente, esta perra no ha mostrado el interés suficiente para poder desempeñar tan vitales funciones para prevenir ataques terroristas.

"Estamos tristes por anunciar que, tras unas semanas en nuestro programa de entrenamiento, Lulu comenzó a mostrar señales de que no "está interesada" en detectar olores de explosivos", anunció la agencia de inteligencia en su cuenta de Twitter para explicar su baja del programa K-9 Corps.

Para que los canes sean capaces de incorporarse a la CIA deben poder diferenciar cerca de 19,000 olores "lo que los convierte oficiales extraordinarios para detectar explosivos", como explica la agencia en su página web.

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Para alcanzar este grado, los perros deben pasar por un programa de entrenamiento de 10 semanas, establecido desde 1991, después del cual deben superar 10 pruebas de olor tanto en un espacio cerrado como al aire libre. Los mejores son destinados a operaciones de las autoridades en las que necesitan comprobar la existencia de en vehículos o edificios tanto en Estados Unidos como en el extranjero.

Por si no fuera poco el peligro al que se exponen, estos 'oficiales' tienen una semana laboral de 60 horas. Un esfuerzo que parece que Lulu no estaba dispuesta a realizar.

"A veces, incluso después de haber hecho las pruebas, nuestros cachorros dejan claro que ser un detector de explosivos K9 no es para ellos", indicó la CIA en su Twitter.

En su explicación, la agencia informó que su decisión no fue precipitada. "Todos los perros, al igual que los humanos, tienen días buenos y días malos cuando están aprendiendo cosas nuevas. Lo mismo nuestros canes, aunque generalmente dura solo un día o dos", continuó.

Por eso, los especialistas trataron de estimularla tratando de encontrar el origen del problema: "Hay millones de razones por las que un perro tiene un mal día y nuestros entrenadores deben convertirse en psicólogos perrunos para descubrir lo que les ocurre".

Esta situación de apatía puede deberse porque el canino " está aburrido o necesita tiempo extra de juego" o simplemente necesita "un pequeño descanso o tiene una pequeña enfermedad, como una alergia por la comida". Pero este no era el caso de Lulu.

"Para algunos perros, después de semanas de entrenamiento, queda claro que el tema no es temporal", recalcó la CIA. Por eso, aunque Lulu recibió cuidados personalizados, más tiempo de juego y más comida, la perra "dejó claro que ya no estaba disfrutando" de sus funciones.

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Por eso se tomó la drástica decisión de darla de baja del programa K9. Pero no hay que alarmarse ni preocuparse: Lulu ha pasado a disfrutar de una vida más tranquila y segura.

Tal como muestra una foto, ahora vive relajada en la casa de la familia de su entrenador que la adoptó. Y además de disfrutar de la compañía de un nuevo amigo perro, como muestra la imagen, ahora se dedica a "oler el rastro de conejos y ardillas en el jardín".

"Vamos a echar de menos a Lulu, pero fue la decisión correcta para ella y le deseamos lo mejor en su nueva vida", concluyó la CIA.

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