El 15 de enero de 1919 una inmensa ola dulce y pegajosa destruyó un vecindario de Boston, Massachussets, mató a 21 personas e hirió a más 100. La explosión de un tanque de melaza, un derivado líquido y viscoso de la caña de azúcar, se convirtió en uno de los desastres más curiosos y menos conocidos del país.