¿Qué pasa justo antes de la muerte? La vida parece desfilar por la mente rápidamente

Es la pregunta del millón, o de los mil millones: ¿qué pasa justo antes del momento de morir? Quizá estemos un poco más cerca de una respuesta gracias a un intrigante nuevo estudio que se acerca a la tesis popular de que toda la vida desfila ante nuestros ojos en esos últimos instantes.

Es la primera vez que los científicos registran la actividad de un cerebro humano moribundo, según el equipo de investigadores. 
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Es la primera vez que los científicos registran la actividad de un cerebro humano moribundo, según el equipo de investigadores.
Imagen sudok1/Getty Images/iStockphoto

“No es que tenga miedo a morir. Es que no quiero estar ahí cuando ocurra”. La cita del cineasta Woody Allen refleja muy bien lo que la mayoría sentimos frente a ese momento inevitable ante el que sentimos terror. Por eso nos encantaría saber que para aquellos que lo están experimentando (los moribundos) la experiencia es más positiva de lo que imaginamos.

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Este nuevo estudio, publicado el martes, parece indicar que la creencia popular de que la vida desfila rápidamente en un flash ante nuestros ojos en ese último suspiro tiene sustento. Si bien este sustento es aislado, ya que se trata de una única persona y se obtuvo de forma azarosa.

El estudio gira en torno a la muerte de un hombre de 87 años que había ingresado en las urgencias del Hospital General de Vancouver (Canadá) tras sufrir una caída que le provocó una hemorragia cerebral. Cuando los médicos le realizaron un electroencefalograma (EEG, un método de registro de la actividad eléctrica del cerebro que implica la colocación de electrodos a lo largo del cuero cabelludo), descubrieron que el paciente había desarrollado epilepsia. Durante las grabaciones del EEG, sufrió un ataque al corazón y murió.

Recuerdo final en los últimos momentos

La grabación, única en la historia, mostró que en los 30 segundos de antes y después del ataque al corazón, las ondas cerebrales del hombre registraron los mismos movimientos que cuando soñamos o recordamos memorias. Y eso, a su vez, podría sugerir la aparición de un “recuerdo final” de la vida en los últimos momentos, según dijeron los investigadores en el estudio internacional publicado en Frontiers in Aging Neuroscience el martes.

Además, el estudio también mostró que las interacciones entre diferentes tipos de ondas cerebrales continuaron una vez que la sangre dejó de llegar al cerebro.

“Dado que el acoplamiento cruzado entre la actividad alfa y gamma está implicado en los procesos cognitivos y el recuerdo de la memoria en sujetos sanos, resulta interesante especular con que dicha actividad podría respaldar un último 'recuerdo de la vida’ que podría tener lugar en el estado cercano a la muerte", escribieron los investigadores en la revista.

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Recordar cosas buenas

¿Significa esto que todos podemos esperar que en esos momentos finales podamos contactar con recuerdos felices? Zemmer dijo que es imposible saberlo. "Si tuviera que saltar al terreno filosófico, especularía que si el cerebro hiciera un flashback, probablemente le gustaría recordar las cosas buenas, más que las malas", dijo a la BBC Ajmal Zemmar, coautor del estudio. "Pero lo que es memorable sería diferente para cada persona".

Zemmar, neurocirujano de la Universidad de Louisville, dijo que en los 30 segundos anteriores a que el corazón del paciente dejara de suministrar sangre al cerebro, sus ondas cerebrales siguieron los mismos patrones que cuando realizamos tareas de alta exigencia cognitiva, como concentrarse, soñar o recordar.

Las ondas cerebrales continuaron 30 segundos después de que el corazón del paciente dejara de latir, momento en el que se suele declarar la muerte.
"Posiblemente se trate de una última rememoración de los recuerdos que hemos experimentado en vida, y que se repiten en nuestro cerebro en los últimos segundos antes de morir", dijo el experto, que señaló que el descubrimiento llegó por causalidad, ya que no tenían previsto hacerlo ni grabar estas señales.

Otra cuestión intrigante que el estudio pone sobre la mesa tiene que ver con el momento en que cesa la vida: ¿Cuando el corazón deja de latir, o cuando el cerebro deja de funcionar? Se necesitan más investigaciones: se trata de un estudio con una única persona que, además, debido a la epilepsia tenía el cerebro inflamado.

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De hecho, tras la grabación inicial de 2016 Zemmar buscó casos similares para realizar otras grabaciones, pero sin éxito. Lo que más se acerca es un estudio de 2013 con ratas en el que los investigadores detectaron altos niveles de ondas cerebrales en el momento de la muerte y hasta 30 segundos después de que el corazón de las ratas dejara de latir.