Los beneficios de tener un perro para la salud mental de los adolescentes: estudio

En particular, los adolescentes con perro presentaban mayor abundancia de ciertos géneros bacterianos como Streptococcus y Prevotella. Esta alteración microbiana sugiere que la convivencia con perros podría remodelar la microbiota oral.

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La compañía de un perro en el hogar durante la adolescencia podría tener efectos positivos en la salud mental, no solo por compañía, sino mediante cambios biológicos en la microbiota de los jóvenes, revela un nuevo estudio.

Una investigación publicada este miércoles en iScience, por científicos de la Azabu University, en Japón, revela que quienes tenían un perro en casa a los 13 años tenían puntuaciones significativamente más bajas en problemas sociales, conducta agresiva, conducta delictiva, retraimiento social y “problemas de pensamiento” comparado con adolescentes sin perro.

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Criar perros tiene efectos beneficiosos, especialmente para los adolescentes, y estos efectos pueden estar mediados por la simbiosis con microorganismos”, afirmó en un comunicado de la universidad el autor principal, Takefumi Kikusui.

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Para ello los investigadores analizaron a 343 adolescentes de los cuales 96 convivían con perros con el fin de comparar su bienestar psicológico y su microbioma oral con el de jóvenes sin mascotas.

Al examinar muestras de saliva, los investigadores descubrieron que aunque la diversidad general de la microbiota oral era similar entre ambos grupos, la composición bacteriana difería.

En particular, los adolescentes con perro presentaban mayor abundancia de ciertos géneros bacterianos como Streptococcus y Prevotella. Esta alteración microbiana sugiere que la convivencia con perros podría remodelar la microbiota oral.

“El hallazgo más interesante de este estudio es que se descubrieron bacterias que promueven la prosocialidad, o empatía, en los microbiomas de los adolescentes que tienen perros”, afirmó Kikusui.

“La implicación es que los beneficios de tener un perro incluyen proporcionar una sensación de seguridad a través de la interacción, pero creo que también tiene valor por su potencial para alterar la comunidad microbiana simbiótica”, agrega.

¿Cómo descubrieron que tener un perro ayuda a los adolescentes a tener una mejor salud mental?

Para evaluar si esos cambios microbianos podían tener efectos sobre el comportamiento, los científicos trasplantaron la microbiota de los adolescentes a ratones “sin microbios”.

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Los roedores que recibieron bacterias de jóvenes propietarios de perros mostraron mayor sociabilidad y manifestaron comportamientos prosociales hacia compañeros atrapados en pruebas estándar de sociabilidad con animales.

Este hallazgo respalda la hipótesis de que ciertos microorganismos podrían mediar el vínculo entre convivencia con mascotas y bienestar emocional.

Aunque los autores destacan que no todos los efectos pueden atribuirse exclusivamente a la microbiota, y que se requiere más investigación, sugieren que los beneficios de crecer con un perro podrían tener una base biológica ligada a una larga historia evolutiva de coexistencia entre humanos y caninos.

El estudio abre nuevas perspectivas sobre cómo factores ambientales tan comunes como la convivencia con un perro puede influir en el desarrollo psicológico durante la adolescencia, no solo a través del afecto y compañía, sino mediante la modulación de la microbiota, un puente inesperado entre mascotas y salud mental.

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