El último eslabón de la pandemia: empleados de cementerios agobiados por la cantidad de cuerpos en México (fotos)
Sepultureros y trabajadores de crematorios en México luchan por mantener el ritmo mientras el país registra cada vez más muertes por covid-19. Mientras el número de casos supera los 120,000, las autoridades mexicanas han aliviado gradualmente algunas restricciones para contener la propagación de la enfermedad. Siga aquí nuestra cobertura del coronavirus
En este cementerio del sureste de la capital mexicana incineraban 15 cuerpos al día en marzo. En mayo este número aumentó a más del doble.
Marco Ugarte/AP
PUBLICIDAD
3/8
Empleados del cementerio San Nicolás Tolentino al momento de retirar los ataúdes enterrados en espacios de alquiler, luego que los familiares de los fallecidos dejaron de pagar las mensualidades. En este camposanto se han apresurado a abrir espacios para más entierros durante la pandemia.
Marco Ugarte/AP
PUBLICIDAD
4/8
Melvin Sanaurio, empleado del cementerio San Lorenzo Tezonco, cava una nueva tumba, un proceso que dura aproximadamente una hora. Los trabajadores de este camposanto dijeron a la agencia AP que han enterrado más cuerpos en las últimas semanas que lo que jamás habían visto antes, a consecuencia de la pandemia.
Marco Ugarte/AP
PUBLICIDAD
5/8
El área reservada para enterrar a víctimas de covid-19 en el cementerio San Lorenzo Tezonco Iztapalapa, al sur de Ciudad de México. Antonio García, empleado de este camposanto, asegura que actualmente cava entre 15 y 20 tumbas al día, y que ha enterrado a más de 500 víctimas de la pandemia.
Marco Ugarte/AP
PUBLICIDAD
6/8
Según los empleados del cementerio San Lorenzo Tezonco, el trabajo durante la pandemia ha sido física y emocionalmente agotador. “Entre el calor y la tierra que nos sofocan… Sepultamos los féretros aún con miedo al contagio. Tenemos familia que proteger”, dijo García.
Marco Ugarte/AP
PUBLICIDAD
7/8
Familiares despiden a una víctima de la pandemia en el cementerio San Lorenzo Tezonco. Los mismos trabajadores deben cargan los ataúdes y sólo se permite que dos familiares acompañan al féretro a la tumba. Los entierros duran apenas unos 15 minutos.
Marco Ugarte/AP
PUBLICIDAD
8/8
“Es una labor no reconocida del panteonero”, dijo García. “Al contrario, recibimos maltratos, somos los olvidados, los héroes anónimos. El último eslabón de esta pandemia”, agregó.