Distintas historias, un mismo problema: los rostros de la epidemia de opioides en EEUU
Sus circunstancias no son iguales. Algunos comenzaron con una prescripción para combatir el dolor crónico; otros perdieron a un ser querido debido a una sobredosis. Pero todos, de alguna manera u otra, se han visto afectados por el auge de estas peligrosas drogas.
Luego de una lesionarse el cuello y fracturarse una vértebra en un accidente laboral en 2004, a Jimmy Duran le prescribieron opioides para el dolor como Oxycodin, Percocet y morfina.
"Me arruinaron la vida. Me doblegaron", cuenta al narrar los comienzos de su adicción, de la que
logró recuperarse. Ahora es consejero en un programa de prevención y tratamiento contra el abuso de sustancias en Quincy, Massachussets.
Charles Krupa/AP
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Helen Jackson lleva globos a la tumba de su hija, Cataleya Tamekia-Damiah Wimberly, en el cementerio Graceland de Milwaukee. Los soltará en lo que hubiera sido el segundo cumpleaños de la pequeña, que
murió con apenas un año de edad por una sobredosis de metadona, un opioide sintético. Las autoridades siguen investigando el caso. Si bien la cifra de fatalidades niños debido a los opioides es baja, las muertes en
toddlers han aumentando en la última década.
Carrie Antlfinger/AP
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Joshua Meador está preso en el Sheridan Correctional Center y se recupera de una adicción a la heroína. Al momento de ser retratado en octubre de 2016, esperaba ser admitido en el programa Vivitrol, que ofrece a algunos reclusos la opción de recibir una
costosa inyección mensual para ayudarlos a no recaer cuando sean liberados de la cárcel.
Kamil Krzaczynski/AP
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Blake Oppenheimer, de 23 años, lee en su dormitorio dentro del Recovery Boot Camp en Delray Beach (Florida). Antes de llegar allí, lo estafaron en un supuesto centro de recuperación, que luego fue cerrado por las autoridades. "Sentí como si era algo en una tienda que simplemente era vendido una y otra vez.
No les importa si mueres. Simplemente desean seguir pasando esa tarjeta del seguro para sacarte más dinero", cuenta sobre esa experiencia.
Lynne Sladky/AP
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Heidi Wyandt, de 27 años, sufre de dolor crónico de espalda por una
lesión en el trabajo. Ahora participa en un estudio para probar una droga experimental que no contiene opioides.
2 millones de estadounidenses usan regularmente medicamentos contra el dolor que tienen el
riesgo de generar dependencia. Actualmente, las farmacéuticas buscan alternativas para reemplazarlos.
Chris Post/AP
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Otra forma en que se está intentando minimizar la prescripción de opioides es mediante terapias alternativas como la fisioterapia. Ernie Merritt lidera un grupo de pacientes con dolor crónico en Maine, un estado en el que
Medicaid promueve este abordaje.
Blake Davis/AP
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Sophie Herrick es una adolescente que lucha contra la
adicción. Asiste a clases en la Hope Academy de Indianápolis. Para muchos jóvenes como ella, regresar a una escuela tradicional implica caer en la tentación de que sus compañeros les ofrezcan nuevamente la droga. Los investigadores consideran que les va mejor en escuelas especiales de recuperación, donde todos se apoyan.
Michael Conroy/AP
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Purity, adicta a la
heroína, busca apoyo para dejar la droga, y por eso asiste a una manifestación en las calles de Norwalk contra la epidemia que, en Ohio, ocasionó la muerte de casi 4,150 personas en 2016, 36% más que el año anterior.
Es el estado con más muertes por sobredosis en EEUU.
Spencer Platt/Getty Images
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La epidemia de los opioides ha tenido un
impacto devastador en pueblos pequeños con altos índices de desempleo y pobreza. Es el caso de Williamsport (Pennsylvania), que apenas tiene 29,000 habitantes y un índice de pobreza del 27%, donde llegó a haber
36 sobredosis en menos de 24 horas. Allí adictos como Jason, quien vive con ayudas del estado, mueren a diario.
Spencer Platt/Getty Images
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Jeff, quien consume heroína, es entrevistado por Chantal Castillo, estudiante universitaria que habla con adictos del Bronx para recopilar información, a cambio de una compensación monetaria. 308 personas fallecieron de una sobredosis en este distrito de Nueva York en 2016.
Spencer Platt/Getty Images
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Brian vive en las calles del Bronx, la zona Nueva York con mayores tasas de muertes por sobredosis, de las cuales los opioides son los principales responsables. Más de 1,370 neoyorkinos fallecieron por esta causa en 2016.