Una sofisticada cirugía del corazón sin transfusiones de sangre salvó la vida de este testigo de Jehová
Cuando a sus 70 años el testigo de Jehová Rolando Pérez llegó al punto de no poder caminar, siquiera 10 pasos debido a una fatiga extrema atípica en él, supo que algo estaba muy mal.
Pronto, tras varios estudios, el médico, a quien acudió por insistencia de una de sus hijas, lo corroboró: necesitaba una cirugía de bypass coronario.
“Lo que vio el cardiólogo era terrible. Venas tapadas, maltratadas en un corazón que había sufrido demasiado debido a ataques silentes que le habían dado sin darse cuenta”, cuenta su hija Lucía.
Tres familiares de Rolando ya habían muerto por esta causa.
El pronóstico de por sí no era bueno y había una agravante: por ser testigo de Jehová Rolando se negaba a aceptar transfusiones de sangre, lo que dejaba a sus médicos en República Dominicana prácticamente sin opciones para salvarlo.
Desesperada y consciente de que la situación de su padre se deterioraba por minuto, Lucía, quien vive en Nueva York, encontró allí un atisbo de esperanza: el Programa de Medicina y Cirugía sin Sangre del hospital Mount Sinai Morningside, diseñado para pacientes como ellos en mente, que por distintas razones deciden o simplemente no pueden por motivos de salud recibir transfusiones de sangre.
No son pocos: hay en Estados Unidos aproximadamente 1.3 millones de testigos de Jehová, para quienes recibir una transfusión de sangre equivale a un pecado que contradice sus convicciones.
Se trata del país con más testigos de Jehová en el mundo, seguido de México y Brasil.
¿Son más complicadas las cirujías de corazón sin sangre?
Con frecuencia, para muchos testigos de Jehová, negarse a una transfusión de sangre implica una sentencia de muerte.
“A muchos nos han dicho que no hay nada que se pueda hacer o nos han intentado presionar: si no te la pones, te vas a morir”, cuenta Lucía.
Dar con un médico que respete esa decisión y que los trate con empatía es algo que agradecen.
Gracias a su perseverancia, ella encontró uno para su padre: John Puskas, prestigioso cardiólogo y jefe del Departamento de Cirugía Cardiovascular de ese hospital, quien atendió a Rolando al día siguiente de que este aterrizara en Nueva York.
“El doctor Puzkas se puso en mi lugar. No me juzgó, ni me quiso convencer. Me dijo este es el plan”, recuerda Rolando.
Cómo es una cirugía del corazón sin transfusiones de sangre
Los estudios revelaron que el infarto silencioso había debilitado su corazón que estaba funcionando a un tercio de su capacidad y tenía un coágulo dentro del ventrículo izquierdo que, además, también presentaba daños.
“Tenía tres de las principales arterias completamente cerradas”, cuenta a Univision Noticias el cardiólogo John Puskas, quien cataloga la cirugía como de alto riesgo por la condición en la que se encontraba el corazón y el hecho de que además no pudieran usar transfusiones de sangre.
Se trata de un procedimiento muy sofisticado, practicado en muy pocos centros médicos en el mundo.
Se usaron injertos de arterias en lugar de injertos de venas, pues son más duraderos. No emplearon la usual máquina corazón-pulmón y evitaron la manipulación de la aorta, para reducir el riesgo tanto de hemorragia, como de accidente cerebrovascular.
Todo esto, para que Rolando perdiera la menor cantidad posible de sangre, algo que se busca con todos los pacientes, pero que en el caso de esos no pueden —o no aceptan— recibir transfusiones es crucial.
Los testigos de Jehová no son los únicos en ese grupo. Hay personas que tienen anticuerpos contra la sangre o que han recibido trasplantes de órganos y por eso no deben recibir transfusiones, explica Puskas.
Evitar las transfusiones de sangre innecesarias tiene beneficios
Las transfusiones de sangre están en la lista de las terapias médicas más abusadas, según la Asociación Médica Estadounidense.
La mayoría de las veces son necesarias —tradicionalmente la mitad de los pacientes que se someten a una cirugía del corazón requieren al menos una—, y suelen ser bastante seguras, pero conllevan un ligero riesgo de infección o de reacciones adversas y se ha visto que el tiempo de recuperación se reduce si se logra evitarlas.
Por ello, cada vez son más los hospitales que como Mount Sinai en Morningside han implementado programas de Cirugía y Medicina sin Sangre, que optimizan el uso de las transfusiones para todos los pacientes y buscan la forma de brindar atención médica a aquellos que por convicción o razones de salud no pueden o acceden recibirlas.
Cirugías sin transfusiones para salvar vidas
Rolando Pérez ha vuelto a ser el mismo de antes. Camina entre dos y tres millas al día, baila y se ha recuperado en tiempo récord.
No todos los testigos de Jehová corren con esa misma suerte. Algunos, como su propia hermana de 84 años, pierden la vida por renunciar a necesarias transfusiones de sangre: “Hubo presión en la familia para que aceptara, pero mantuvo su posición”, dice.
Ahora quiere que otras personas de su religión sepan que hay opciones médicas disponibles. El mismo mensaje de su hija Lucía: “Ser testigo de Jehová no significa dejarse morir. Yo no podía pedirle a Dios que ayudara a mi papá y quedarme con los brazos cruzados. Tenía que respetar mis creencias, pero también actuar”. Y eso hicieron.
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