Los retratos del enigmático y sonriente líder norcoreano publicadas por el Estado son parte fundamental del complejo sistema de propaganda del régimen. La imagen del joven educado en Suiza mientras supervisa fábricas, comparte con líderes militares o es avasallado por mujeres muestran a un risueño todopoderoso que desafía al mundo mientras controla cada detalle del país que lo aclama.