A pesar de enfrentar múltiples amenazas como la pérdida de hábitat y la cacería, las cifras poblacionales de gorilas de montaña van en alza. Honrando el legado que comenzó la conservacionista Dian Fossey hace 50 años, los esfuerzos por protegerlos continúan apostando por sacarlos de su estatus de peligro crítico de extinción.