Calor atípico, aguas reusables y miles con la camiseta de la lucha ambiental bien puesta. Miles de personas asistieron a la marcha y aprovecharon para compartir y desahogar su frustración ante las decisiones de un presidente escéptico del cambio climático que ha desmantelado muchas de las normativas de protección ambiental estadounidense que tardaron décadas en instaurarse en solo 100 días de mandato.