Hoy es el día nacional latino para la concientización del SIDA y nos da la oportunidad de poner atención en el efecto que tienen el VIH y el sida en las comunidades latinas. Con altas proporciones de transmisión del VIH en latinos, es más importante que nunca que nuestra sociedad reconozca el VIH como un tema que no solamente afecta a una comunidad específica, sino que nos afecta a todos.
Por nuestras comunidades, no podemos ignorar la amenaza del VIH
“Tenemos la responsabilidad de asegurarnos que cualquier conversación de ‘una generación sin SIDA’ incluya la promesa de hablar sobre las preocupaciones específicas de los latinos que pertenecen a la comunidad LGBTQ”.


Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en ingles), los latinos constituyeron 24% de todos los casos nuevos del VIH en el 2014, mientras solo forman 17% de la población de los Estados Unidos. Aunque este porcentaje es alto, vemos porcentajes mucho más altos en personas que se identifican como latino y LGBTQ.
Entre 2005 y 2014, los diagnósticos de nuevos casos de VIH bajaron 4% en la comunidad latina, con la excepción de los hombres homosexuales y bisexuales, donde el porcentaje sigue incrementando. Según los CDC, uno de cada cuatro hombres adquirirá el VIH en su vida. La situación es muy grave para las mujeres latinas transgénero que también enfrentan una proporción de VIH más alta en comparación con mujeres blancas no transgénero. Una encuesta del 2008 de mujeres transgénero y los que no conforman de ningún género en los Estados Unidos encontró que casi 8% de las entrevistadas latinas reportaron que están viviendo con el VIH, más del doble del porcentaje de todas las encuestadas transgénero.
Estos datos deben impulsarnos a tomar acción.
Detrás de cada estadística hay un ser humano que ha sentido el impacto del VIH en su vida. En muchos casos, nuestras organizaciones encuentran personas como Alexa Rodriguez, una mujer transgénero que adquirió el VIH de su pareja muchos años después de su inmigración desde El Salvador a los Estados Unidos. También, conocemos personas como Steven Vargas, un miembro de LULAC en Houston y un sobreviviente de VIH por muchos años desde que contrajo el VIH en 1995. Los padres de Steven fallecieron de complicaciones del sida hace muchos años.
Historias como estas demuestran las barreras sociales, legales, y culturales que los latinos enfrentan cuando hacen la prueba de VIH o buscan tratamiento, incluyendo las barreras de idioma y estatus migratorio. Muchos indocumentados evitan tratamientos porque tienen miedo de la violencia, el acoso, y la deportación. Esos miedos se magnifican cuando ocurren en presencia de la transfobia y la homofobia que ya existen en nuestra sociedad.
Como los líderes de dos organizaciones importantes para la comunidad latina y LGBTQ, tenemos la responsabilidad de asegurarnos que cualquier conversación de ‘una generación sin sida’ incluya la promesa de hablar sobre las preocupaciones específicas de los latinos que pertenecen a la comunidad LGBTQ.
Eso significa que tenemos que seguir informando a nuestros miembros y partidarios sobre las realidades de vivir con el VIH, abogar por las políticas que toman en cuenta las barreras que ya existen para recibir tratamiento, y combatir el estigma en nuestra comunidad. Eso significa que debemos informar a la comunidad sobre la importancia de hacer una prueba de detección de VIH y otras enfermedades de transmisión sexual y que aprovechen nuevas opciones para tratamiento y prevención como la profilaxis previa a la exposición (PrEP). También, debemos votar por candidatos en todos los niveles del gobierno que apoyan las prioridades de nuestra comunidad.
Estamos en un momento donde hay mucho en juego para las comunidades LGBTQ y latina, y nuestras organizaciones reafirman el gran compromiso que tenemos de abogar por un mundo donde todos pueden tener una vida más sana, a pesar de su estatus de VIH. Solamente llegaremos a este día cuando trabajemos juntos.
Brent A. Wilkes es el director ejecutivo nacional de LULAC. Mary Beth Maxwell es la vicepresidenta de investigación, capacitación, y programas de Human Rights Campaign.







