En la administración del presidente Donald Trump no está “quedando títere con cabeza”. Intrigas cortesanas, enfrentamientos, subtramas misteriosas, personajes siniestros. Hay mucho material para una buena serie en la que el mandatario puede ser el director. El Reality Show, llamado por el New York Post “Los sobrevivientes de la Casa Blanca” (Survivors of the White House), podría llegar a ser el más largo en la vida política del país.
Otra semana caótica en la administración Trump... y no será la última
Como era previsible, la presidencia de Donald Trump está dando mucho de qué hablar. Y nada indica que las aguas se puedan calmar en los meses por venir.


En sus primeros seis meses de gobierno Trump acumula derrota tras derrota. No ha podido sacar adelante uno de sus objetivos centrales, que es echar para atrás las políticas de su antecesor, Barack Obama. El reemplazo y eliminación de la Ley de Salud asequible, conocida como Obamacare, fracasó de nuevo por el voto de rechazo de tres senadores republicanos, entre ellos John McCain. A eso se le suma el escándalo por el Rusiagate y la crisis que el propio gobernante ha desatado entre su gabinete.
Se suma también la advertencia que le hizo el senador de su propio partido, Lindsay Graham. “Si Jeff Sessions es despedido, el precio a pagar será infernal”, advirtió el influyente líder republicano. Añadiendo que el presidente no está “drenando el pantano” sino poniendo patas arriba la democracia.
Algunos medios nacionales han señalado que el presidente Trump pensaba que la estrategia de bullying político a la que ha sometido al Fiscal General Jeff Sessions durante las últimas semanas no tendría ninguna consecuencia, más allá de intentar intimidar al jefe del Departamento de Justicia por recusarse de las investigaciones federales sobre la posible influencia del gobierno ruso en las elecciones estadounidenses. Pero se ha encontrado con un sector del liderazgo de su propia colectividad que parece estarse hartando del modus operandi presidencial.
Otro elemento que se le ha sumado a esta crisis es el enfrentamiento interno entre el jefe de gabinete, Reince Priebus, y el nuevo portavoz presidencial, Anthony Scaramucci, que terminó con la salida de Priebus y el nombramiento como nuevo jefe de gabinete de John Kelly, quien hasta ahora se desempeñaba como secretario de Seguridad Nacional. La salida de Priebus se produjo tan solo una semana después de la salida de Sean Spicer como portavoz presidencial. Y hoy lunes Scaramucci fue retirado por solicitud de Kelly.
Pero no todo ha sido tan malo para Trump. La Cámara de Representantes le aprobó una parte del presupuesto para el año fiscal 2018, que incluye 1,600 millones de dólares para la construcción del muro que el presidente quiere levantar en la frontera con México. La aprobación es una victoria momentánea para Trump, que tendrá importantes complicaciones en el Senado para lograr los 60 votos necesarios para su aprobación final, ya que a la oposición cerrada de los demócratas se une la de algunos republicanos.
En Inmigración Trump ha logrado dos importantes reformas relacionadas con la lucha contra la persecución de inmigrantes criminales –lo que no ha limitado la aplicación de las leyes existentes para perseguir a todos indocumentados en general–.
Otro punto positivo tiene que ver con las finanzas y el empleo. A pesar de un breve periodo en marzo, abril y mayo en los que se registraron menos empleos de los esperados, la tasa de desempleo se ha mantenido muy baja (4.4%). Esto ha beneficiado incluso a inmigrantes como los hispanos, que registran un nivel de desempleo de 4.8%, el más bajo de los últimos años.
En el campo de la internet el Congreso aprobó una reforma que le permitirá a la Comisión Federal de Telecomunicaciones deshacerse de las políticas de Obama para regular a proveedores y mover el mercado en la dirección que busca Trump.
En lo inmediato, sin embargo, el panorama sigue igual de complicado. Para deslindarse de los intereses con Rusia, por ejemplo, el Congreso aprobó sanciones a ese país, lo que puso al mandatario entre la espada y la pared. Para muchos expertos se trata de un claro desafío al presidente, que quería mantener buenas relaciones con Vladimir Putin.
Previsiblemente, la administración de Trump seguirá dando mucho de qué hablar. Aún quedan tres años y medio de gobierno, a no ser que se le encuentren pruebas contundentes de sus nexos con Rusia que le lleven a un juicio político en el Congreso y a perder su Investidura presidencial.
Nota: La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es). Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.







