La administración actual tuvo como su eslogan “Sí se puede” por un periodo de ya casi ocho años, pero la insatisfacción por la crisis económica que sobreviven muchos a lo largo del país no le quita la pátina de desilusión a lo que antes tenía lustre –y en la semana Nnavideña es cuando se siente más agudo–. La narrativa positiva que se escucha por parta de una Administración que va de salida y la disminución en desempleo ocultan los problemas económicos y la incertidumbre que sobrellevan millones de americanos este invierno.
No todo es felicidad en esta Navidad
“Los resultados económicos recientes muestran que el cambio prometido nunca llegó y que las políticas promulgadas por la Administración Obama no han rendido los efectos deseados”.

Entre las cosas que agravan el momento que vivimos está la inflación que sube cada año al 2% o 3%, mientras que el salario de los trabajadores se ha mantenido más o menos al mismo nivel por más de una década. Al mismo tiempo, los costos educativos, el cuidado de salud, las utilidades y los precios de la comida continúan su ascendencia desmedida.
La tasa de participación en la fuerza laboral ha caído a los niveles de los años setenta, la incidencia en la propiedad de viviendas ha venido en declive por 10 años y la creación de empleos por parte de nuevos negocios ha caído en más de un millón desde el año 2000. El índice de desempleo entre los hispanos se mantiene más alto que entre los demás trabajadores y, lo que es más preocupante, el porcentaje de latinos en la fuerza laboral cayó este mes. De hecho, uno de cada cuatro desempleados hispanos caen ahora en las filas de los desempleados de larga duración.
Otros factores disminuyen las oportunidades de empleo para muchos; el número interminable de regulaciones ha sobrecargado a los negocios de todo el país, la complejidad de nuestro sistema de impuestos se ha convertido en una variable incontrolable e incierta y el programa de Obamacare ha desatado incentivos negativos que operan en contra de los empleos.
Se sabe que la economía es una ciencia desafiante, pero la lista de índices que reflejan deficiencias económicas es cada vez más larga:
• Alta deuda universitaria: Se estima que más de 40 millones de personas sobrellevan alguna deuda estudiantil, y esta sobrepasa, en conjunto, los 1.3 billones de dólares.
• Bajo crecimiento del PIB en la última década: La recuperación económica durante estos últimos siete años es la más pobre desde la Segunda Guerra Mundial, con un promedio deficiente de 2.1% desde el año 2009.
• Los estadounidenses están ahorrando muy poco: Según una encuesta de 50,000 adultos hecha por la agrupación GOBankingRates, 69% de los estadounidenses tenían menos de 1,000 dólares en ahorros en su cuenta bancaria, y un 28% de todos los que participaron en la encuesta dijeron que no tenían algún ahorro.
• No se están construyendo nuevas refinerías por el ambiente anti-energético en Washington: Lograr la independencia energética es indispensable para el sostén de nuestro bienestar y nuestro medio ambiente, pero esta Administración rehusó reconocer los beneficios que ofrece la capacidad productiva de los yacimientos petroleros encontrados.
• Regulaciones gubernamentales y mandatos salariales que ahogan la innovación y la creación de empresas: Un estudio de la Fundación Heritage informó que la Administración de Obama impuso 229 nuevas regulaciones desde el año 2009, con un costo anual de 108 billones de dólares.
Los resultados económicos recientes muestran que, desafortunadamente, el cambio prometido nunca llegó, ya que las políticas promulgadas por la Administración Obama –de índole estatista– no han rendido los efectos deseados. Los problemas económicos envían una clara señal: que la senda a seguir es la contraria a la que actualmente llevamos. Las personas que acaban de perder su empleo, los estudiantes recién-graduado que no encuentran un empleo en su profesión, y las persona que siguen estancada en un trabajo de tiempo parcial o que tienen dos trabajos para sobrevivir son los que mejor pueden apreciar esta tesis.
Se espera que las políticas públicas promulgadas en Washington creen cambios significativos en los próximos meses. Los políticos deben recordar que un problema de largo plazo en la economía ha sido la falta de oportunidades de entrada, ya que las regulaciones gubernamentales y los mandatos hacen que sea más costoso y más difícil para las pequeñas empresas contratar personal nuevo. Estas oportunidades son a menudo críticas para los latinos y para los trabajadores que necesitan adquirir y desarrollar nuevas habilidades. A medida que se debaten nuevos enfoques, nuestros representantes deben tener esto en cuenta.
De todas maneras, no dejan de sorprender las medidas anti-desarrollo que sigue promulgando la Administración Obama. El consuelo para muchos es que termina este experimento fallido –invertir tanta fe y capital para agrandar el gobierno federal, con la intención de remediar nuestra pesadilla económica–. Este esfuerzo fue un fallo retundo. En esta Navidad, el mejor regalo para muchos sería un regreso a una agenda pro-crecimiento, pro-emprendedor, que se enfoque en aumentar la productividad en el sector privado y reducir el control de la burocracia gubernamental.
Nota: La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es) y/o a la(s) organización(es) que representan. Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.







