Donald Trump dice sentirse liberado ahora que el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, afirmó que no lo defenderá ni hará campaña por él.
La liberación de Trump encadena al Partido Republicano
“La élite de ese partido en realidad nunca ha apoyado a Trump, pero tuvo que aceptar la decisión de los 13 millones de republicanos que lo colocaron en esa posición. Ya sabían lo que podía suceder con un individuo errático y egocentrista que no piensa ni en la nación ni en el Partido Republicano”.


Si lo que estábamos presenciando hasta ahora era un Trump restringido, solo Dios sabe qué nos espera en la recta final de la surrealista elección 2016.
Tras el revuelo ocasionado por el dudosamente célebre video donde se escucha a Trump diciendo vulgaridades para referirse a las mujeres y donde incluso afirma que puede hacer lo que sea a una mujer porque es una celebridad, Trump no ha tomado muy bien las críticas en su contra de parte del liderazgo republicano. Es el mismo liderazgo que optó por apoyarlo a pesar de saber que tenían en sus manos una bomba de tiempo que podía explotar, como lo ha hecho, en cualquier momento.
De manera que el Donald dedicó buena parte del martes a atacar vía Twitter a Ryan, a quien llamó "débil e ineficaz", al senador republicano de Arizona, John McCain, quien le retiró el apoyo, y al resto de los republicanos tachándolo de ser más desleales que los demócratas.
En uno de sus tuits, Trump dice que "me han quitado los grilletes y puedo luchar por Estados Unidos como yo quiera". Acto seguido, no comenzó a hablar de sus planes para luchar por Estados Unidos, sino que comenzó a atacar a sus copartidarios. Nada peor que un ego herido, sobre todo el de un narcisista como Trump.
A menos de 30 días de las elecciones, Trump está enfrascado en una lucha no solo en contra de la nominada demócrata, Hillary Clinton, sino contra su propio partido.
La élite de ese partido en realidad nunca ha apoyado a Trump, pero tuvo que aceptar la decisión de los 13 millones de republicanos que lo colocaron en esa posición. Ya sabían lo que podía suceder con un individuo errático y egocentrista que no piensa ni en la nación ni en el Partido Republicano. Un racista, sexista y prejuicioso que a lo largo de la campaña le ha faltado el respeto a todo mundo y que ha demostrado no tener ni el temperamento, ni la capacidad, ni la preparación para tomar las riendas de esta nación.
El Partido Republicano lleva varios años sumido en una guerra civil entre sus sectores más moderados y los más extremistas. Los extremistas, al menos en el Congreso y sobre todo en la Cámara Baja, se supone que fueran una minoría, pero siempre tuvieron la capacidad de frenar la agenda legislativa en temas como la reforma migratoria.
Luego aparece su “Mesías”, Trump, y esa ala más extremista se manifiesta en las urnas catapultándolo a la nominación presidencial republicana. Pero este elemento es incapaz de apelar a otros sectores electorales y cree que con su base de leales podrá ganar la presidencia. Y sus excesos no solo afectan sus posibilidades de ganar la presidencia, sino que ahora tienen el potencial de afectar las probabilidades de que los republicanos mantengan el control del Senado e incluso de la Cámara Baja.
Los demócratas en el Congreso y la nominada demócrata, no obstante, no deben cantar victoria porque esta elección se decidirá por el nivel de participación en las urnas. Y aunque Clinton supera a Trump en las encuestas, en muchos estados pendulares, como la Florida, su ventaja es de dos o tres puntos porcentuales, por lo cual cada voto cuenta.
Por ahora, empero, tal parece que la liberación de Trump ha encadenado al Partido Republicano que enfrenta un serio dilema, y pase lo que pase en noviembre, tiene una cita con la historia para definir su identidad y su futuro.
Nota: La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es) y/o a la(s) organización(es) que representan. Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.







