Luego de dos años de campaña, finalmente tenemos encima las elecciones presidenciales. Esta no solo será histórica, como bien nos recuerdan muchos comentaristas. También será una elección no apta para cardíacos. Estados Unidos no había estado tan dividido desde la época en que se libró la lucha por los derechos civiles en la década de 1960. Y por las mismas razones fundamentales. Tampoco había tenido en la era moderna un candidato presidencial que amenazara con rechazar los resultados si pierde o proclamarse ganador antes de que se cuenten todos los votos, como se informa que ha hecho el presidente Trump, aunque él no negara este fin de semana.
Guía para preservar la calma durante la jornada electoral
"Siempre para preservar la salud mental y cardiovascular, es recomendable no prestar demasiada atención a los primeros resultados. Pueden ser engañosos debido a las formas tan diferentes en que los estados reportarán sus resultados".

Por eso conviene trazar estrategias personales para sobrevivir la jornada electoral. La más recomendable es también la más difícil: mantener la calma mental y física, absteniéndose de usar la violencia y de responder a provocaciones de fanáticos e incitadores a sueldo, como esos que ya abundan en Facebook y otras redes (anti) sociales.
Para lograr este objetivo conviene entender que este año probablemente tomará tiempo saber quién ganó la elección. Se debe a que la mayoría de los estadounidenses, más de 93 millones, votaron de manera anticipada, ya sea por correo o en persona en el proceso de votación adelantada. Algunos estados cruciales, como la Florida, cuentan ese voto desde el momento en que llega. Pero otros, como Pensilvania, esperan al cierre oficial de las urnas para comenzar a tabular.
Cualquiera de los candidatos, por supuesto, puede proclamarse ganador y hasta decir misa. Pero solo las autoridades competentes podrán verificar quién se impuso. Las autoridades competentes, en principio, son los funcionarios de los departamentos de elecciones de cada condado en cada estado. En el caso improbable de que se produjera un empate, la Cámara de Representantes escogería al presidente y el Senado al vicepresidente. De manera que mantengan firme el pulso en la eventualidad de que los legisladores seleccionen al binomio Donald Trump-Kamala Harris o Joe Biden-Michael Pence.
Siempre para preservar la salud mental y cardiovascular, es recomendable no prestar demasiada atención a los primeros resultados. Pueden ser engañosos debido a las formas tan diferentes en que los estados reportarán sus resultados. En algunos, van a contar primero los votos que se emitieron en persona, es decir, la minoría. En otros será exactamente al revés. Algunos expertos estiman que los votos sometidos en persona el tres de noviembre favorecerán a Trump; y que los enviados por correo favorecerán a Biden. Pero es solo una suposición, un cálculo. No lo sabemos a ciencia cierta.
Si el voto resulta muy reñido en ciertos estados, es posible que tome semanas e incluso meses el decidir quién ganó. Y, de hecho, la decisión podría depender de las cortes o del Congreso, como ya mencioné. Pero tengamos en cuenta que una demora en precisar los resultados no deslegitima la elección, como sugiere el presidente Trump.
La verdad es que algunos estados péndulo – aquellos que pueden favorecer a uno o a otro candidato - como Pensilvania, Michigan y Wisconsin, no están acostumbrados ni tienen la infraestructura adecuada para contar tantos votos remitidos por correo. Por consiguiente, es probable que demoren en entregar sus resultados. Otro motivo para permanecer en calma y ser pacientes.
Y aquí viene una razón adicional. Estas elecciones también podrían decidirse en las cortes. Ya se han radicado más de 200 demandas legales por la votación, especialmente porque los republicanos han tratado de acortar los días en que pueden aceptarse y tabularse las boletas enviadas por correo y los demócratas los han acusado de usar esa y otras tretas para suprimir votantes que pudieran inclinarse hacia sus candidatos. Un auténtico ejército de abogados acecha en los estados más disputados para presentar demandas adicionales a favor de Trump o de Biden.
Además de no perder la calma, también es recomendable no hacer grandes movimientos de dinero durante la jornada electoral, a menos que uno sea un apostador profesional y esté consciente de los riesgos. Si usted ha decidido votar el martes, el día oficial de la elección, entonces le conviene saber que la mayoría de los estados y condados han asignado personal para proteger a los centros de votación y a los votantes de fanáticos o militantes que intenten intimidarlos; y que ningún empleado electoral puede impedirle votar si usted lleva con su tarjeta de votante debidamente en regla y otra identificación en los estados que la exigen.
Algunos estamos convencidos de que la democracia de Estados Unidos se halla en juego en esta elección. Es un criterio común entre partidarios de Biden y de Trump. Pero podríamos equivocarnos. A lo mejor, solo está en juego la calidad de nuestra democracia y quién la presidirá durante el próximo cuatrienio. Por esa razón también conviene preservar la calma, con la fundada esperanza de que, si pierde el candidato que preferimos, es posible que podamos escoger otro más adelante, como ha venido sucediendo en este país desde hace 243 años.
Nota: La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es). Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.







