Fue firmada hace siete años por el entonces presidente Barack Obama y cada vez está más cerca de ser derogada por la nueva administración de Donald Trump. Los cálculos indican que unos 22 millones de estadounidenses corren el peligro de perder su cobertura médica, pero aún más personas están en riesgo de perder beneficios de salud claves, como el acceso a los anticonceptivos gratuitos y el hecho de las aseguradoras no puedan negarle cobertura a quienes tengan enfermedades preexistentes.