Poco luego de recibir su dósis diaria de medicina cerca de las 8 p.m. del sábado, el prisionero mexicano Joaquín "El Chapo" Guzmán Loera se acercó al área de su celda donde se duchaba y lavaba sus enseres.
Allí, fuera de la vista de los funcionarios del penal, el líder del poderoso cártel de Sinaloa, uno de los más sanguinarios y peligrosos de México, ya tenía preparado su escape de la prisión de máxima seguridad de El Altiplano, en el estado de México, según el relato que hicieron público las autoridades.
Salió de su celda por un hueco
Guzmán se escurrió a través de un hueco cuadrado de unos 50 por 50 centímetros (unos tres pies, o 20 pulgadas) que llegaba a un orificio vertical de un metro y medio de profundidad.
Luego se desplazó hacia un conducto vertical de 10 metros de profundidad que contaba con una escalera y conducía a su vez a un largo túnel ventilado y alumbrado.
