Fotos: Un burdel atendido completamente por muñecas sexuales
'Bordoll' es el primer burdel de su tipo en Alemania. Abrió esta semana en Dortmund, a unas 300 millas al oeste de Berlín y los clientes tienen encuentros sexuales con muñecas. Aunque este tipo de establecimientos son comunes en Japón, en Europa apenas comienzan a abrir. Así es por dentro esta curiosa 'casa de citas'.
"Jessica", una de las muñecas sexuales de silicona ofrecidas en el establecimiento recién abierto en Dortmund, Alemania. Un negocio de este tipo abrió en Barcelona en 2017, el primero en Europa, pero fue clausurado a las
dos semanas de su inauguración.
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Evelyn Schwarz, de 29 años, es la fundadora y dueña de 'Bordoll', el burdel de muñecas recién abierto en Dortmund. Durante los últimos tres años el lugar había operado como un burdel de barrio regular y un local donde se practicaba encuentros sadomasoquistas.
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"Las muñecas sexuales son populares porque el cliente puede hacer lo que quiere y nadie se queja", dijo Schwarz a la Agencia France Presse. El local ofrece 13 muñecas y un muñeco de silicona por las que se paga 50 euros por cada media hora y ochenta por una hora completa.
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En Japón existen al menos 70 establecimientos de este tipo mientras que el primero en Europa se inauguró en Barcelona en marzo de 2017. En París abrió uno en marzo de 2018 que ha sido objeto de críticas por activistas del movimiento feminista francés, quienes aseguran que los actos sexuales con objetos hiperrealistas
podrían estar fomentando las fantasías de violación de los clientes.
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El rostro de una de las muñecas del local Bordoll, en Dortmund. Para Schwarz "las muñecas son empleados ideales, nunca enferman y siempre se ven bien (...)”. En China,
una empresa de tecnología fabrica muñecas sexuales ‘inteligentes’ que pueden hablar, tocar música, hacer búsquedas en internet y manejar los artefactos de la casa.
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La muñeca “Jessica” en una de las habitaciones de Bordoll. Schwarz estima que el 30% de los huéspedes solo quieren experimentar lo que es tener relaciones sexuales con una muñeca, mientras que el 70% se convierten en clientes habituales. Los clientes del establecimiento van "de 18 a 80 años de edad, de personas desempleadas a jueces prominentes”, agregó.
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La fundadora del establecimiento alemán asegura que la calidad de sus muñecas hace que algunos clientes viajen muchas millas para vivir la experiencia.
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“Muchos de nuestros clientes lo ven como una oportunidad de probar libremente cosas que han visto suceder en el porno ",
dijo Schwarz en una entrevista en Vice. Allí afirmó que sospecha que algunos de sus clientes no han tenido relaciones con mujeres reales porque "son tímidos, casi temerosos de las mujeres".
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Sobre los hombres casados o con parejas que visitan el local Schwarz explicó: "Sus esposas o novias tienen sus propias necesidades y una prostituta en un burdel tiene límites (...) pero nuestra las muñecas hacen todo lo que (el cliente) quiere”.
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La entrada principal de 'Bordoll', en Dortmund, Alemania.
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Además de las muñecas, 'Bordoll' ofrece mujeres reales para los clientes que prefieren la forma tradicional, practicada legalmente en esa zona.
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Una sala de espera a la entrada de 'Bordoll', donde los clientes escogen la muñeca o mujer por la que pagarán por un encuentro sexual.