El lago Resia, en Los Alpes italianos, es conocido por un campanario que emerge de sus aguas heladas. En 1950 se inundó una área cercana a la frontera entre Italia, Austria y Suiza para la construcción de una represa. Curon, un pequeño pueblo que fue alguna vez hogar de cientos de personas, quedó sumergido y solo su campanario quedó por encima de la superficie del agua.
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Este año el lago ha sido drenado temporalmente y los residentes de la zona han podido caminar sobre los restos del pueblo.
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Algunos lugareños han publicado en redes sociales escalinatas y calles cerca del campanario que data del siglo XIV.
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Una maqueta del pueblo antes de la inundación vista en un museo de Curon Venosta, la nueva población a la que muchos de los residentes del antiguo pueblo se mudaron. A pesar de las objeciones de sus residentes, Curon quedó sumergido en 1950 cuando las autoridades decidieron fusionar dos lagos cercanos para crear energía hidroeléctrica.
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Más de 160 casas quedaron sumergidas y la población de Curon se desplazó, aunque algunos decidieron permanecer en la nueva aldea creada en las cercanías.
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Según un el diario El País, en 1921 Curon se convirtió, en
el primer pueblo aplastado por Benito Mussolini. “El dictador impidió a sus habitantes hablar su lengua, trabajar y hasta vestirse como les apetecía”, dijo al diario español el investigador Marco Balzano.
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Aunque pertenece a Italia la mayoría de los lugareños habla en alemán. El lago Resia, Reschensee en alemán, está apenas a un par de millas de las fronteras con Suiza y Austria.
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En el crudo invierno de esta región de Los Alpes, los visitantes pueden caminar por el lago congelado y llegar hasta los restos de la iglesia sobre la superficie.
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Algunos creían que las casas intactas estaban sumergidas, pero habían sido demolidas antes de la inundación, como asegura una
recomendación de viajes de travelreportaje.com. La foto, también del museo de Curon Venosta, muestra los alrededores de la iglesia demolidos antes de la fusión de los lagos.
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Aunque no quedó más que el campanario, el drenaje de presa ha dejado ver otros detalles ocultos durante décadas. La icónica torre inspiró a los creadores de una serie de suspenso de Netflix, Curon,
el nombre del pueblo sumergido.