Los habitantes de Fort McMurray, en la provincia canadiense de Alberta (oeste), comenzaron este miércoles a regresar a su ciudad, un mes después de evacuarla debido a un gigantesco incendio forestal.
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Los vecinos que regresaron fueron recibidos con muestras de apoyo y mensajes de la municipalidad como: "Estamos aquí. Somos fuertes" y "Juntos vamos a reconstruir".
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De los cerca de 80.000 residentes evacuados, tan solo entre 14.000 y 15.000 volverán a sus hogares durante las dos semanas que dura este plan de reingreso.
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El incendio forestal quemó más de 1,5 millones de acres al este de la ciudad y destruyó alrededor de 2.400 casas y otros edificios.
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Después de un mes casi sin actividad, los vecinos de regreso se encontraron con una ciudad fantasma. Con todo, varias tiendas lograron reabastecerse y presentar sus vitrinas decoradas y los bancos o servicios municipales alcanzaron a abrir sus puertas antes de la llegada de los residentes.
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El gobierno pidió a las familias con niños menores de siete años y con ancianos evitar el retorno temprano a Fort McMurray.
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Las emanaciones tóxicas de gas y de partículas en los barrios devastados por el fuego obligaron a aplazar el regreso de cerca de 9.000 personas, que deben entonces esperar, al igual que las que sufren problemas respiratorios.
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Imagen del pasado 6 de mayo de una carretera cerca de Fort McMurray cuando las llamas devoraban el bosque.