La ola de frío que golpea el noreste de EEUU ha helado uno de los monumentos naturales más conocidos, las cataratas del Niágara, en el límite entre EEUU y Canadá. Aunque los turistas han colmado las redes sociales con espectaculares fotografías de las caídas de agua solidificadas el volumen de agua y su movimiento hacen que la congelación total sea casi imposible.