En fotos: Tras cruzar el mar, estos inmigrantes atraviesan los Alpes arriesgando su vida
La peligrosa travesía de cruzar el Mar Mediterráneo es apenas el comienzo del camino que muchos inmigrantes hacen en Europa. Muchos refugiados continúan su viaje por las heladas alturas de los Alpes, en la frontera entre Italia y Francia, sin equipamiento adecuado para la montaña y el frío extremo de esa geografía.
Cerca de la ciudad alpina de Bardonecchia, en Italia, a pocos metros de la frontera con Francia, los migrantes se enfrentan a terrenos empinados y peligrosos donde un paso mal dado puede llevarlos a caer por pendientes rocosas. En esta zona la temperatura puede llegar a los 15 grados Fahrenheit (9 grados centígrados).
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Abdullhai, de 38 años, es uno de los cientos de inmigrantes que en el último año han intentado cruzar desde Italia a Francia escalando Los Alpes, en un intento por evadir el aumento de la seguridad fronteriza en los puntos de cruce más fáciles.
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Originario de Guinea, en el occidente de África, dejó a su esposa y sus tres hijos, incluido uno de dos años a quien nunca ha visto. "Nuestra vida en Guinea no es buena", dijo Abdullhai
a la agencia Reuters. "No hay trabajo allí ni futuro para mis hijos. Aquí en Europa podemos tener un futuro. Podemos encontrar trabajo y vivir con dignidad. Vale la pena intentarlo", agregó.
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Reportes indican que los planes para refugiados en Europa no están funcionando. La reubicación de inmigrantes desde 2015 hasta 2017 apenas funciona: solo 32,000 personas se han mudado de Grecia e Italia, países que reciben mayoritariamente inmigración que llega por el mar Mediterráneo. En la isla griega de Lesbos, más de 5,000 personas viven en una instalación para 1,400.
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Las recientes nevadas en la zona han complicado la caminata de los viajantes. En 2017 llegaron a Europa navegando el peligroso mar Mediterráneo al menos 171,000 inmigrantes desde África y Medio Oriente. Casi la mitad de los 363,504 que llegaron en 2016. Todos continúan su travesía evitando la seguridad fronteriza entre los países del viejo continente.
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Un grupo de inmigrantes se resguarda del frio en la ciudad costera de Ventimiglia al norte de Italia. Desde allí continuarán su travesía a Bardonecchia y luego a Francia.
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Voluntarios de la organización católica italiana Caritas dan té caliente y pan con mermelada a un grupo de migrantes en Ventimiglia. Ayudan a los migrantes en su recorrido hacia Francia.
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Algunos llegan en tren a Bardoneccia para allí continuar a pie por las montañas hacia Francia. La Organización Internacional para las Migraciones estima que 20,000 personas han muerto en el Mediterráneo al intentar llegar a Italia en 2017.
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Un grupo de migrantes descansa luego de pasar al lado francés de Los Alpes. Kamarra, guineano de 28 años de edad (a la izquierda), dijo a Reuters que fue “encarcelado y torturado en Libia durante muchos meses. Me obligaron a trabajar de forma gratuita. Solo mira mis cicatrices (...) después de todo eso, cruzar los Alpes no es un gran problema para mí”.
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Un aviso en la montaña por donde transitan los migrantes indica el peligro de posible deslizamientos de rocas. Los viajantes se trasladan sin los equipos adecuados para enfrentar las condiciones de la montaña.
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Migrantes africanos dejan su camino en la nieve ya del lado francés de Los Alpes, cerca del pueblo de Nevache. Muchos migrantes provenientes de África escapan no solo de la pobreza, sino de conflictos armados que, en muchos casos, amenazan sus vidas.
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El inmigrante guineano Abdullhai camina por la nieve del lado francés de Los Alpes. Según
un informe de Naciones Unidas, la gran mayoría de inmigrantes que llegan a Europa proviene de Siria, Irak y Afganistán, todos países con conflictos armados. Por eso, cualquier tensión en Oriente Medio es vista con temor porque podría desatar una nueva ola de refugiados, difícil de contener en el viejo continente.