Un cazador estadounidense expresó remordimiento este martes por haber matado a uno de los leones más famosos de Zimbabue.
Arrepentido el hombre acusado de matar al famoso león Cecil en Zimbabue
“No tenía idea de que el león que maté era uno de los favoritos y más conocidos localmente", dijo Walter Palmer, un cazador de Minnesota.

Walter Palmer, de Minnesota, mató a principios de julio al león Cecil, un felino de 13 años que era la estrella de la reserva más grande del país africano.
“No tenía idea de que el león que maté era uno de los favoritos y de los más conocidos localmente, y que además tenía collar y era parte de un estudio, hasta que ya había terminado la caza. Me dejé llevar por el conocimiento experto de mis guías locales profesionales para asegurar una caza legal”, dijo Palmer a través de un comunicado el martes.
En el comunicado -que Palmer publicó tras culpado por la matanza de Cecil por dos organizaciones en Zimbabue- el cazador explicó que había contratado a varios guías profesionales durante su viaje de caza al parque nacional de Hwange. "Ellos obtuvieron todos los permisos. A mi conocimiento, toda la conducta en este viaje fue legal y manejada de la manera propia”, dijo Palmer.
Cecil fue encontrado decapitado y despellejado a principios de mes en las afueras del parque, donde Palmer habría pagado 50,000 dólares a una organización de safari para cazarlo, según la organización Zimbabwe Conservation Task Force.
"Palmer lanzó una flecha contra Cecil, pero eso no lo mató. Lo localizaron 40 horas más tarde y lo mataron con un arma de fuego", sostuvo la organización, que además acusó a Palmer de haber intentado ocultar un collar de identificación y seguimiento que llevaba el león.
El cazador aseguró que no ha sido contactado por las autoridades de Zimbabue o de Estados Unidos, pero que cooperará con cualquier investigación. “Nuevamente, lamento mucho que el haber hecho una actividad que amo y que practico responsablemente y legalmente haya resultado en la muerte de este león”, puntualizó.
La caza sólo se autoriza en las reservas privadas, y según un sistema de cuotas, pero no en los parques nacionales como Hwange, o el de Kruger en Sudáfrica.