La también llamada síndrome de tensión arterial elevada es una de las dolencias más comunes y peligrosas en adultos maduros a nivel mundial: ocurre cuando la magnitud de la fuerza con la que el corazón bombea la sangre a través de las arterias que recorren el cuerpo supera los rangos adecuados (alrededor de los 130/70 mmHg). Ello puede provocar accidentes vasculares que conduzcan a fallas cardíacas, derrames sanguíneos o coágulos que obstruyan alguna vía importante hacia un órgano vital. Existen, por suerte, muchos tratamientos medicinales para la hipertensión, así como remedios no farmacológicos disponibles para mantenerla baja. Ninguno de ellos, sin embargo, evitará la consulta necesaria a un médico especialista, pero sí servirán como ayuda en el combate de lo que muchos médicos denominan “el asesino silencioso” (pues no presenta síntomas).