Tenían que usar las vacunas porque se dañarían y fueron de auto en auto inoculando a la gente

Un equipo de vacunación del estado de Oregon quedó atrapado en una carretera por un accidente. Entre los autos y la nieve, lograron inocular a seis personas antes de que perdieran su efectividad.

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En tiempos de pandemia de coronavirus una dosis de vacuna administrada es una dosis ganada. Esto lo sabe un equipo de vacunación de la ciudad de Grants Pass, Oregon, quienes evitaron que se desperdiciaran las últimas dosis que llevaban con ellos durante una jornada de vacunación.

Un accidente de tránsito dejó varados el martes pasado a Michael Weber y su equipo de salud pública en una autopista colmada de nieve cuando volvían de aplicar dosis en una secundaria.

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Weber contó al diario The Washington Post que en ese momento llevaban con ellos seis jeringas preparadas con el compuesto de la vacuna del laboratorio Moderna, que, al igual que la versión de Pfizer, debe usarse dentro de las seis horas posteriores a su extracción del almacenamiento bajo cero.

Al ver que el tránsito no volvía a fluir, Weber tuvo una idea para no desperdiciar las dosis: si no podía llegar a la clínica donde los esperaban a tiempo, podía llevar la clínica a otros seis conductores que, como ellos, se encontraban varados en la carretera.

Michael Weber y su equipo de salud en la autopista que quedaron atrapados.
Michael Weber y su equipo de salud en la autopista que quedaron atrapados.
Imagen Cortesía del Josephine County Public Health


“Sabíamos que la vacuna no volvería a Grants Pass y que, si no se usaba, con toda probabilidad, caducaría”, dijo Weber, de 40 años.

El responsable del equipo consultó con cuatro miembros del personal su plan porque la inoculación del compuesto debe darse según los protocolos de vacunación del estado. Estos incluyen grupos de edad y condición de quien la recibe.

"Decidí empezar a ir de puerta en puerta, de coche a coche, a ofrecer la vacuna”, contó el responsable del convoy.

Acompañado por algunos de los miembros del equipo que llevaban a cuestas un recipiente con las dosis de la vacuna, alcohol, gasas y otros suministros médicos, Weber fue buscando a los mejores candidatos.

Michael Weber y su equipo de salud al momento de inocular a una automovilista.
Michael Weber y su equipo de salud al momento de inocular a una automovilista.
Imagen Cortesía del Josephine County Public Health

Después de recibir algunas negativas de manera amable y de descartar a algunos otros que no cumplían con los requisitos, el equipo logró reunir a seis personas que se mostraron contentas de recibir la vacuna.

Un hombre estaba tan emocionado que salió de su automóvil y se quitó la camisa en medio de la tormenta de nieve para que el equipo pudiera inocularlo. Otra mujer quedó tan desconcertada por la vacuna sorpresa que apenas pudo firmar el papeleo porque le temblaban mucho las manos de la emoción. La última persona en recibir una vacuna sobrante fue una mujer que no llegó a tiempo a su cita ese mismo día.

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Con los datos recabados y las vacunas puestas, Weber volvió a su auto y, tras varios minutos, retomaron su camino.

“No puedo imaginar una mejor manera de pasar cuatro horas atrapado en una tormenta de nieve", aseguró Weber.

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