Los residentes de Nueva Orleans que viven fuera de la zona de diques han tenido que abandonar sus hogares ante la llegada de una tormenta que será "extremadamente peligrosa", según el Centro Nacional de Huracanes (NHC). Los que se quedan blindan sus casas y negocios con el recuerdo del azote del Katrina en 2005 que destruyó partes de la ciudad.