Los asistentes recibirán mascarillas tipo N95 en la entrada del estadio Sofi, donde se jugará el Super Bowl el próximo 13 de febrero. Los cubrebocas solo podrán retirarse al momento de comer o beber, el resto del tiempo deberán usarse obligatoriamente. Se espera que el evento deje unos 400 millones de dólares a la ciudad de Los Ángeles, donde ya hay dificultades para conseguir habitaciones en los hoteles.
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