Familiares, amigos, cientos de policías, el alcalde Eric Adams y decenas de personas de la comunidad han llegado este viernes a la catedral de San Patricio para rendir homenaje al uniformado que murió en cumplimiento de su deber. El hecho, en el que también murió el oficial que acompañaba a Jason Rivera, aumenta la alarma por la violencia armada en Nueva York.
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