El Departamento de Educación de Puerto Rico anunció este viernes el cierre de 180 escuelas al finalizar este año escolar, con el fin de ahorrar costos en medio de la aguda crisis económica en la que está sumido el territorio estadounidense.
Puerto Rico cerrará 180 escuelas públicas para ahorrar costos en medio de la crisis económica
La decisión se da días después de que la isla se acogiera a un mecanismo similar a la quiebra para reestructurar una deuda de más de 70,000 millones de dólares.

La decisión se da días después de que la isla se acogiera a un mecanismo similar a la quiebra para reestructurar una deuda de más de 70,000 millones de dólares.
"El cambio es difícil, pero es necesario para llegar a dónde queremos llegar", dijo la secretaria de Educación, Julia Keleher, en una entrevista con el diario El Nuevo Día.
Con estos cierres, que afectarán a unos 27,000 estudiantes desde kínder hasta el último año de la escuela secundaria, el departamento espera ahorrar 7.7 millones de dólares solo en el pago de servicios básicos como la electricidad y el agua.
Puerto Rico cuenta actualmente con 1,297 escuelas públicas en las que estudian cerca de 365,000 estudiantes. Las autoridades optaron por cerrar planteles cuya matrícula haya bajado en los últimos años. Serán cerradas escuelas con hasta 300 estudiantes, los que serán reubicados. Lo mismo sucederá con los 2,088 maestros que trabajaban en ellas.
La isla se convirtió este miércoles en el caso de quiebra de mayor envergadura en la historia de los mercados de bonos municipales de Estados Unidos. Esto luego de que el gobernador Ricardo Rosselló pidió a la junta que supervisa las finanzas de Puerto Rico acogerse al Título III de la Ley para la Supervisión, Administración y Estabilidad Económica conocida como PROMESA.
El Título III establece un proceso para la reestructuración bajo la supervisión de un tribunal cuando el gobierno y acreedores no llegan a un acuerdo. Puerto Rico debió optar por ese recursos debido a que como es un territorio estadounidense, y no un estado con todas sus letras, no puede acogerse al tradicional proceso de bancarrota.
La decisión se dio en medio de la prolongada recesión que atraviesa la isla, que lleva a cuestas un déficit de 50,000 millones de dólares y se quedó sin dinero para honrar el pago de sus bonos.
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