El 27 de mayo de 1937 se abrió al público en San Francisco el icónico puente colgante. Aunque ya no es el más largo del mundo, sigue siendo el símbolo del estado de California además de ser el preferido de los visitantes de San Francisco y el elegido de los cineastas, escritores y hasta por suicidas, hasta que se instaló una barrera que impide saltar desde su ruta peatonal en 2014.