Unos faros limpios y claros permiten una capacidad de iluminación mayor, seguridad en la conducción y hablan bien de ti y del cuidado que le das a tu vehículo.
Es común que con el paso del tiempo y factores del medio ambiente (polvo, lluvia y sol) los faros de tu carro pierdan nitidez, afectando tanto la visibilidad como la iluminación. Su mantenimiento es importante. Te enseñaremos cómo mantener los faros de tu carro en buen estado.
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Empecemos hablando un poco de la tecnología que integran los faros de los automóviles en la actualidad.
Las luces de halógeno eran, hasta hace unos años, las más comunes en los coches. Constan de un reflector que proyecta la luz emitida por una bombilla instalada en su interior. Permiten mayor iluminación y duración que los antiguos faros incandescentes a los que comenzaron a reemplazar a principios de los 80. En lugar de un filamento rodeado de vacío, contienen un gas halógeno (normalmente yodo) que le permite alcanzar más temperatura y por ende mayor iluminación, sin fundirse.
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Las luces xenón o de alta intensidad (HID, por sus siglas en inglés), son la evolución de las de luces halógeno. Cada lámpara cuenta con una cámara de vidrio con gas xenón mezclado con otras sales de metales. Según la composición química de esa mezcla será el color de la luz, más o menos azulada. Iluminan hasta tres veces más con la mitad de consumo de energía y su duración también es tres o cuatro veces mayor que las de halógeno.
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En cuanto a luces LED, su luz es emitida por diodos de iluminación, cada uno es dirigido de manera individual para crear la iluminación donde se considere necesario. El encendido de las luces LED es inmediato. Su duración es prácticamente para toda la vida, hasta 20 años. Su consumo de energía es muy bajo.
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Independientemente de la tecnología de iluminación que tenga los faros de tu auto, la cubierta está hecha de de policarbonatos plásticos que pierden su transparencia con el paso del tiempo. Su naturaleza es porosa y por ello los fabricantes colocan una película protectora que la mantiene en buen estado hasta que los elementos externos del medio ambiente la destruyen y se va haciendo opaca.
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La mejor forma de prevenir la opacidad es con una limpieza frecuente de esa zona, independientemente si se lave, o no, la totalidad del vehículo.
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Otra forma de cuidarlos (y que beneficiará también la pintura del auto) es lavarlos siempre que el auto esté frío, es decir que no haya estado expuesto al sol, ni tampoco lavarlos bajo la luz solar. Los cambios de temperatura afectan el terminado del policarbonato, al igual que a la pintura de la carrocería.
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Para limpiar la opacidad de los faros necesitarás una cubeta con agua limpia, esponja, jabón para auto, cinta adhesiva, lijas de diferente grosor, una máquina pulidora y un líquido o cera para pulir plásticos.
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El primer recurso es lavar los faros, de la manera tradicional, con una esponja, agua y jabón (el mismo que usas para el cuidado de tu auto). Talla con la esponja la superficie del plástico. Posteriormente enjuaga y seca con un paño limpio.
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Si la opacidad de los faros no es intensa puedes intentar, después de lavarlos, limpiarlos con pasta de dientes. El carácter abrasivo de este producto ayudará a limpiar y pulir el policarbonato de los faros.
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Pon un poco de pasta sobre un paño limpio y extiéndela ligeramente sobre la superficie. Deja actuar por unos minutos, enjuaga y seca. No uses pasta de dientes con perlas o cristales, ya que podrían dañar el plástico.
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Si lo anterior no fue suficiente para recuperar el brillo, entonces habrá que pulir la superficie. Para ello necesitarás lijas de diferentes grosor, cinta para enmarcar los faros, una máquina pulidora, una crema, cera o líquido pulidor especial para superficies plásticas, que no sea abrasivo. Recuerda que queremos mantener el brillo del faro como recién salido de agencia.
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Lava y seca el faro perfectamente. Coloca la cinta en su contorno, de tal forma que protejas la pintura del auto. Pasa la lija siempre en línea recta, nunca en forma círcular, para no arañar la superficie. Lo ideal es que empieces con la lija más gruesa, después la mediana y al final la más delgada.
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El último paso será aplicar el pulimiento líquido para plásticos. Hazlo con un trapo seco y limpio o con la máquina pulidora y pásala por toda la superficie hasta obtener el brillo que deseas.
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Ya sea que apliques la cera o líquido pulidor con trapo o máquina pulidora, tal vez necesites repetir el procedimiento según el grado de opacidad que haya tenido el plástico, así como la claridad y nitidez que desees.
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Es recomendable aplicar un revestimiento UV (en spray o película protectora) resistente a altas temperaturas, pues con la lija lo retiraste. Eso alargará la vida de tus faros. De lo contrario tendrás que realizar el proceso de limpieza de faros una vez al mes para evitar que se vuelvan amarillos.
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Si los faros tienen acumulación de líquido por la parte interna, esto es señal de que el sello térmico que los protege se ha dañado. Esto a veces también sucede cuando se instala un kit de protección para los faros, lo que conlleva la colocación de un cable de acero para sujetarlo bien a la carrocería, procedimiento que frecuentemente rompe el sello térmico. Ante esta situación es impostergable el reemplazo de los sellos.