Se cae un mito: las mujeres de la prehistoria también cazaban grandes animales

Los restos de una chica de entre 17 y 19 años encontrados a 12,900 pies sobre el nivel del mar en los Andes peruanos junto a un juego de herramientas para cazar, abrieron la puerta para derrumbar la idea de que la cacería era una actividad exclusiva de los hombres, dice un estudio.

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Un equipo de investigadores descubrió los restos de una chica de entre 17 y 19 años enterrada desde hace 9,000 años en los Andes peruanos junto con un juego de herramientas de caza para animales grandes, lo que derrumba la idea generalizada de que esta actividad era exclusiva de hombres.

Luego de este descubrimiento en 2018, el equipo de arqueólogos analizó un centenar de enterramientos en los que descubrieron que entre el 30% y 50% de los cazadores podrían haber sido mujeres, de acuerdo con un nuevo estudio publicado en la revista Science Advanes.

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Junto a los restos óseos hallados a casi 12,900 pies (3,925 metros) de altura sobre el nivel del mar, los especialistas encontraron puntas afiladas, lanzas, cuchillos y demás objetos punzocortantes. Al principio, Randall Haas, arqueólogo de la Universidad de California en Davis, creyó que se trataba de un “gran cazador, una persona realmente importante en la sociedad”, hasta que el análisis de los huesos -parte del cráneo, dentadura y fragmentos de fémur y tibia- arrojaron que se trataba de una mujer biológica.

Para poder descubrirlo, los académicos analizaron minuciosamente cada hueso encontrado, sobre todo examinaron una proteína que forma el esmalte dental de las personas y que está relacionada con el sexo, de acuerdo con National Geographic.


Hass le da mucha relevancia a este hallazgo sobre el estereotipo establecido durante años sobre la cacería. “Creo que nos dice que, durante al menos una parte de la prehistoria humana, esa suposición fue inexacta”, explicó el arqueólogo a AFP.

Sin embargo, a pesar de que este documento representa un nuevo enfoque en el debate interminable respecto a los roles de género que había en las primeras sociedades, Pamela Geller, arqueóloga de la Universidad de Miami, explicó que muchas otras pruebas de que estas interpretaciones establecidas para hombres y mujeres eran erróneas han estado a la vista durante mucho tiempo.


Geller, que no participó en el estudio, lamenta que la mayoría de las investigaciones realizadas al respecto “suponen que la división sexual del trabajo es universal y rígida (…) por lo que les resulta difícil explicar por qué los individuos con cuerpo femenino poseían kits de herramientas de cazas y por lo general no dicen nada, como si ignorar la evidencia hiciera que desapareciera".

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El estudio aclara que lo descubierto no puede establecer la identidad de género como tal, sino que solo el sexo biológico. Es decir, el análisis de los huesos no arroja nada sobre la forma de vida de la persona en cuestión, ni si era identificada como mujer dentro de la sociedad en la que se desarrollaba.