Améxica
Morir tras cruzar la frontera: el condado más letal para los indocumentados
La odisea de los inmigrantes indocumentados no se acaba cuando tocan suelo estadounidense. En el condado de Brooks, a 70 millas al norte de la frontera, encontraron este año 55 cadáveres en el monte. Intentan evitar el checkpoint de Falfurrias de la Patrulla Fronteriza y algunos fallecen perdidos, deshidratados y quemados.

El debate se centra en las casi 2,000 millas que separan la frontera de Estados Unidos y México. Pero hay un límite más al norte: los checkpoints de la Patrulla Fronteriza que sirven para detectar tráfico de personas, drogas y armas. Son casi una segunda frontera. Este es el de Falfurrias, a unas 70 millas del Río Grande y por donde pasan unos 10,500 vehículos al día. Algunos activistas de la zona piden que se sitúe más al sur para reducir la mortalidad en los cruces clandestinos. Pero no está en los planes federales y hay una ampliación ya prevista para los próximos años.
Federica Narancio
Esta cerca doblada se encuentra al sur del checkpoint. Los traficantes de personas frenan aquí de forma abrupta, hacen bajar a los migrantes acompañados por un coyote y les piden saltar a esta propiedad privada para empezar su andadura. Varios rancheros de la zona se quejan de los daños que la inmigración provoca en sus tierras y en el pasado organizaron sus propias ‘patrullas’.
Damià S. Bonmatí
El sheriff Benny Martínez en su despacho. Entre 2009 y 2013, el condado de Brooks, uno de los más pobres de Estados Unidos, gastó 628,000 dólares en recuperar y procesar los restos óseos de los migrantes. Como no es un condado fronterizo, no puede recibir ayudas federales para mitigar este tipo de costos. El gobierno de Texas empezó a asistirlo desde 2013 con fondos anuales para solventar los gastos.
Federica Narancio
La oficina del sheriff tiene constancia de hasta 530 cadáveres hallados en este condado desde 2009. En lo que va de año, ya han recuperado 55 cuerpos de indocumentados, 14% más que en 2015. La mayoría son migrantes adultos, con una edad media de 30 años y principalmente vienen de Centroamérica. A diferencia de los menores o las familias –que cada vez se entregan más a la Patrulla Fronteriza después de su cruce ilegal– los adultos que entran al país sin niños comúnmente buscan huir hacia el norte de Texas.
Federica Narancio
Pueden pasar años antes de que los restos de un migrante muerto en Brooks County sean encontrados. Es un terreno muy difícil de recorrer, tanto para los migrantes como para las autoridades. “La tierra es muy arenosa, el camino duro y los matorrales abundantes”, explica el sheriff Benny Martínez. Muchas veces, son los rancheros de la zona los que llaman para reportar el hallazgo de un cuerpo o restos óseos en sus terrenos.
Federica Narancio
Los migrantes suelen cruzar unas 30 millas a pie, pero para evitar a los agentes viajan en zigzag. Eso puede costarles cuatro o cinco días de camino. El sheriff calcula que los coyotes conocen hasta 300 caminos en el área. Pero sin la ayuda de un ‘guía’ de confianza (o coyote) es muy fácil perderse. Cualquier paso en falso puede ser fatal para los migrantes, que suelen llegar deshidratados y debilitados de su largo viaje desde Centroamérica. En la imagen, un puesto humanitario de agua embotellada.
Federica Narancio
Para evitar la muerte por deshidratación de los migrantes que recorren esta zona desértica y hostil, donde es fácil perderse entre la vegetación tupida, South Texas Human Rights Center instaló estos barriles con botellas de agua en varios condados de la zona. En Brooks hay cerca de 70, asegura Eddie Canales, director de la ONG.
Federica Narancio
En verano, las temperaturas pueden superar los 105 grados Fahrenheit (más de 40 grados centígrados) en Brooks County. El sheriff Benny Martínez dice que a menudo encuentran cuerpos de migrantes que se quitaron la ropa en el camino. En medio de la desesperación, seguramente pensaron que eso los ayudaría a reducir la temperatura de su cuerpo. Pero cuando llegan a ese estado ya es demasiado tarde. “Es como un auto sobrecalentado, el motor explota”, asegura el sheriff. “Es una muerte lenta (...) Es la muerte más dura que puedo imaginar”.
Federica Narancio
El vicesheriff del condado, Ben Gómez, recorre un terreno donde los migrantes suelen esconderse en su intento de pasar el checkpoint de Falfurrias. La oficina del sheriff se encarga de recuperar los restos de los migrantes y enviar los cuerpos a la Oficina del Examinador Médico en el condado Webb. En cambio, los agentes de la Patrulla Fronteriza (Border Patrol) se encargan de detener a los migrantes vivos.
Federica Narancio