Eva murió a los 33 años tras una pelea contra el cáncer. Sus pocos años en la vida pública marcaron a fuego a Argentina para siempre. El cadáver de Evita, como se le conocía, sufrió un periplo digno de un cuento de terror: embalsamado, robado, profanado, ultrajado, escondido. Esta es la siniestra historia de Eva y su cadáver.