Historias que evidencian el alto riesgo que corren las venezolanas migrantes
Son obligadas abandonar su país y luego sufren abusos y explotación "a niveles alarmantes". Es lo que muestra un informe de la organización humanitaria CARE, que lucha contra la pobreza. Estos son los rostros y las historias de algunas de las mujeres, niños y familias que huyen.
Esmirna Medina tiene 21 años y en la imagen se le ve con su esposo y sus hijos: Eulimar de 1 año y Luinyelber, de 3. Viajaron solos rumbo a Ecuador, como parte de la ola de migrantes que huye de la grave crisis en Venezuela. Allí,
Medina logró reencontrarse con su esposo Eulises, de 23.
Josh Estey/CARE
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Damary Oropeza, de 10 años, se acercó al fotógrado John Estey y el equipo de CARE en su uniforme escolar, mientras se encontraban en un puesto fronterizo.
Ella cruza todos los días sola para ir a la escuela en el lado colombiano. Es una de las miles de personas que conforma la "migración péndulo". La niña decía, aguantando las lágrimas: "Dejen pasar a mi mamá, para que pueda ir a la escuela segura. Es peligroso que yo vaya sola. Amo mi escuela, mi maestra y mis amigos, pero tengo que cruzar el puente sola y eso me da miedo. Yo lo único que quiero es que mi mamá me pueda llevar".
Josh Estey/CARE
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Para mayo de 2019, Karina Ríos tiene 37 años y está embarazada de su tercer hijo. En la imagen se encuentra en uno de los puestos de atención de la Cruz Roja, en la frontera entre Venezuela y Colombia. Se acercó al fotógrafo Josh Estey y el equipo de CARE porque quería "hablar de lo que le está pasando a las mujeres y la niñas, especialmente a las embarazadas", como ella. "Dormimos en la calle porque a mi esposo no le permiten la entrada en los albergues. Somos mi esposo, mis dos niños y yo. Tengo 8 meses de embarazo. En la calle: no somos animales.
Conocí a una niña de 14 años en la ruta, que era acosada continuamente por hombres: todos le ofrecían dinero por sexo. Ninguna niña merece ese trato".
Josh Estey/CARE
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Génesis Gonzales tiene 26 años y huyó de su país. Se encontraba en Ecuador en abril de 2019, intentando sobrevivir en un refugio. "La situación ahí (en Venezuela) se volvió insoportable. Incluso con un trabajo no ganas lo suficiente para comprar nada, tienes que esperar a que el gobierno te mande una bolsa de comida cuando le da la gana, cada tres o cuatro meses. Pero los niños no pueden esperar tres meses para comer".
Josh Estey/CARE
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Olas de personas cruzan a diario el puente fronterizo Puerto Santander. Pero también utilizan las decenas de cruces ilegales. Esos, según el informe de CARE, son los más peligrosos.
Josh Estey/CARE
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Juntos con las embarazadas, los adultos mayores que salen huyendo de Venezuela, sin ningún recurso, son sumamente vulnerables.
Josh Estey/CARE
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Mariangles de 19 años pasó la noche en una carpa, en la frontera entre Colombia y Ecuador con su hijo de 1 año. Esperaban tomar un autobús rumbo al interior de ese país, en esos vehículos atravesaron Colombia. "Mi novio se fue hace tre meses y consiguió un trabajo en Huaquillas. Ya tiene un apartamento; por eso envió a buscarnos".
Josh Estey/CARE
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La hermana católica Sofía maneja un comedor en el barrio de Corrales, en la ciudad de Tumbes, en Perú. Allí alimenta a migrantes venezolanos de bajos recursos.
Josh Estey/CARE
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La hora de la comida en un albergue ubicado en la frontera entre Ecuador y Perú.