Según la fiscalía colombiana, Liliana del Carmen Campos Puello, quien vivió ilegalmente en EEUU en su juventud, "manejaba un corredor para la explotación sexual de niñas (...) y coordinaba paseos sexuales con mujeres y menores de edad en lujosos yates, en donde las menores eran vendidas en catálogos”. Está acusada de los cargos de trata de personas, concierto para delinquir e inducción a la prostitución, por los que podría pagar 23 años de cárcel.