Regreso de los Commanders a DC: Más que un estadio, empleos y viviendas

WASHINGTON, D.C.- Tras décadas de espera, los Washington Commanders han dado un paso para su regreso al histórico RFK Stadium. El Concejo de DC aprobó, en una votación de 11 a 2, el plan para la construcción de un nuevo estadio y el desarrollo de un ambicioso proyecto de uso mixto en la zona.

El primer paso fue dado el miércoles 17 de septiembre, ahora la legislación será enviada a la alcaldesa Muriel Bowser para su revisión final.

El acuerdo, negociado entre la alcaldesa y el dueño de los Commanders, Josh Harris, contempla una inversión de 2,700 millones de dólares por parte del equipo y 1,100 millones por parte de la ciudad.

Estos fondos se destinarán a la construcción del nuevo estadio, viviendas, espacios verdes y un complejo deportivo a orillas del río Anacostia.

"Con gran orgullo, puedo decir que estamos trayendo oficialmente a nuestros Commanders a casa y transformando 180 acres de terreno en nuevas oportunidades de empleo para los residentes de D.C.", expresó Bowser en un comunicado. "Este será el proyecto de desarrollo económico más grande en la historia de nuestra ciudad."

El camino hacia la aprobación: desacuerdos y avances

A pesar de la celebración, la aprobación final no estuvo exenta de tensiones. Poco antes de la votación, los Commanders enviaron una carta al Concejo expresando su preocupación por lo que calificaron como "demandas nuevas de última hora". Sin embargo, la mayoría de las enmiendas propuestas fueron rechazadas, y el equipo no reportó problemas pendientes tras la votación.

Josh Harris, dueño del equipo, calificó la jornada como "histórica", resaltando la colaboración entre la alcaldesa Bowser, el presidente del Concejo Phil Mendelson y los líderes comunitarios y empresariales que contribuyeron al diseño del proyecto.

Regreso al RFK: impacto en la economía local

Con un costo total estimado en 3,700 millones de dólares, el proyecto es la mayor inversión privada en la historia de Washington, D.C. Se prevé que genere alrededor de 14,000 empleos de construcción y hasta 200 eventos anuales, que incluyen partidos de la NFL, conciertos y potencialmente la final de la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2031.

Además, se espera que el desarrollo atraiga nuevos negocios y turismo, lo que generará ingresos fiscales indirectos a través de impuestos sobre ventas, alojamiento y entretenimiento.

Un proyecto con enfoque social: viviendas y desarrollo comunitario

Una de las características clave del proyecto es la inclusión de entre 5,000 y 6,000 unidades residenciales, de las cuales al menos el 30% serán de bajo costo, con el objetivo de combatir la creciente alza de precios en la ciudad.

Además, el desarrollo contará con un sportsplex de 89 millones de dólares, junto con espacios comerciales, restaurantes, hoteles, oficinas y parques públicos en la ribera del río Anacostia.

Como parte del acuerdo, se destinarán 50 millones de dólares para iniciativas comunitarias en el Distrito 7, que incluyen la construcción de una tienda de comestibles, una academia deportiva juvenil y subvenciones para pequeñas empresas. También se incluyen requisitos de contratación local, empleos sindicalizados y oportunidades para personas previamente encarceladas.

Críticas y alternativas: ¿es este el mejor camino para D.C.?

No obstante, algunos críticos han señalado que priorizar el estadio podría limitar la cantidad de viviendas construidas, y estiman que un proyecto enfocado únicamente en la vivienda podría generar hasta 1,000 millones de dólares adicionales anuales en ingresos fiscales para la ciudad hacia el año 2060.

La concejal Janeese Lewis George ha sido una de las voces que ha expresado su preocupación por el enfoque centrado en el estadio, señalando que la ciudad podría obtener mayores beneficios si el proyecto estuviera más orientado hacia la creación de viviendas.

Un nuevo futuro para el RFK Stadium

Con la aprobación de la legislación, el regreso de los Washington Commanders al antiguo RFK Stadium se perfila como un evento trascendental que promete ser mucho más que un logro deportivo. Se espera que el proyecto transforme la zona en un nuevo centro de actividades, comercio y vivienda, beneficiando a la comunidad de Washington, D.C.

La atención ahora se dirige a los próximos pasos en la construcción y el desarrollo, con la promesa de nuevos empleos, inversión y un impacto positivo para la ciudad. El nuevo estadio está proyectado para abrir sus puertas en 2030, 30 años después del cierre del antiguo RFK Stadium, donde los Commanders lograron tres títulos de Super Bowl en los años 80 y 90.

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