TAMPA, Florida.- María, una trabajadora inmigrante en Florida, ya no toma el transporte público. Tampoco camina tranquila por las calles para llegar a su trabajo. Desde que la Patrulla de Carreteras de Florida ( FHP, por sus siglas en inglés) recibió autoridad para realizar operativos migratorios de forma independiente, su rutina cambió por completo.
“Ya no salgo ni a pie”: crece temor entre inmigrantes por nuevas facultades migratorias de la Patrulla de Carreteras
Inmigrantes en Florida cambian su rutina por miedo a ser detenidos por patrulleros con funciones migratorias. La nueva política ha causado ausencias laborales y ansiedad entre trabajadores del sector construcción.

“Tengo que llamar un Uber o pedir un taxi, o decirle a un compañero que me traiga”, cuenta María, que prefiere no revelar su apellido por miedo. “ Tengo miedo a coger un transporte público o caminar”.
Como ella, cientos de inmigrantes en el estado viven bajo un clima de creciente incertidumbre. E l gobernador Ron DeSantis anunció recientemente que los patrulleros estatales pueden ahora realizar funciones propias de agentes migratorios, sin necesidad de coordinación directa con el gobierno federal.
“Lo que tenemos ahora con FHP es que pueden llevar a cabo operaciones migratorias de forma completamente independiente”, dijo DeSantis en una conferencia, calificando el programa como el primero de su tipo en el país.
El impacto ya se siente en sectores como la construcción, donde muchos trabajadores son inmigrantes. Daniel, obrero de la industria, describe cómo la política ha vaciado las obras. “Ya no hay tantos trabajadores. Los pocos que quedan tienen miedo de salir a la calle”, afirma. Uno de sus compañeros sufrió crisis de pánico y no salió de casa durante dos semanas, relata.
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La medida forma parte de un impulso más amplio por parte de las autoridades estatales para colaborar con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), especialmente bajo el programa 287(g), que permite a agencias locales actuar en conjunto con agentes federales en la detención y deportación de personas indocumentadas. Pero, a diferencia de otros estados, Florida ahora autoriza a su Patrulla de Carreteras a operar incluso sin esa coordinación.
Más de 100 patrulleros estatales han sido entrenados para desempeñar funciones similares a las de un oficial de inmigración, lo que significa más puntos de control, más vigilancia y mayor riesgo de detención para quienes, como María, no tienen documentos migratorios regulares.
Entre los trabajadores inmigrantes, el temor se ha convertido en parte de la jornada. “Lo único que no puedo dejar es mi trabajo”, dice María, “porque de ahí vive mi familia”.
Mientras la administración estatal promueve esta política como un modelo nacional, las comunidades inmigrantes enfrentan una creciente ola de miedo y aislamiento. Y aunque los operativos prometen ser más frecuentes, los inmigrantes como María y Daniel siguen optando por el riesgo antes que abandonar su sustento.















