El caso de Sergio García fue para muchos el de un "David contra Goliat" moderno. El inmigrante originario de Michoacán cuenta cómo incluso los abogados de la administración del expresidente Barack Obama se opusieron a que un indocumentado pudiera ejercer la carrera de leyes en los Estados Unidos. Sin embargo, su batalla legal le permitió ejercer en el estado de California e incluso se promulgó una ley estatal para que otros inmigrantes sin papeles puedan ejercer sus profesiones.