SAN FRANCISCO.- Antes de que la Pirámide Transamerica se convirtiera en un ícono en 1969, fue el proyecto arquitectónico más odiado de San Francisco.
Del odio al amor: Cómo la Pirámide Transamerica se convirtió en un emblema de San Francisco
Aunque no está abierto al público en general, se planea la creación de un parque en la base del edificio que estará abierto a todos; a través de programas educativos y visitas escolares, los visitantes aún pueden aprender sobre la historia y el legado de este icónico hito de San Francisco.
Por:Demian Magallán
Video ¿Qué hay actualmente en la Pirámide Transamérica de San Francisco?
Organizaciones se alinearon en su contra: el Departamento de Planificación de San Francisco, la Asociación de Planificación y Renovación Urbana de San Francisco (SPUR), el Departamento de Bomberos de San Francisco, el Departamento de Policía de San Francisco, San Francisco Beautiful, el Instituto Americano de Arquitectos y numerosos comisionados de planificación.
La fama y carisma del afamado William Pereira, uno de los pocos arquitectos en aparecer en la portada de la revista Time, tampoco fueron suficientes para convencer a la gente.
"Salvemos nuestro horizonte de la Pirámide Transamerica", exclamaban los volantes en protesta por la construcción de la estructura de forma triangular en el horizonte de San Francisco.
Allan Jacobs, entonces director de planificación de San Francisco, la describió como "una creación inhumana en un área urbana que se esfuerza por ser humana y extremadamente habitable".
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La primera pirámide moderna del mundo
El edificio de 48 pisos fue un éxito casi inmediato. Reconocido como la primera pirámide moderna del mundo, fue considerado un símbolo de San Francisco solo unos pocos años después de su inauguración, equiparado a los tranvías y a la Torre Coit.
El edificio costó 35 millones de dólares y cuenta con un pináculo desocupado de 212 pies.
El quinto piso es el más grande, con 21,025 pies cuadrados (y el 48º es el más pequeño, con solo 2,025 pies cuadrados).
En 1987, más de 1,500 personas trabajaban en el edificio, representando a 50 empresas diferentes, incluida la Corporación Transamerica.
La pirámide tiene una base de 9 pies, resultado de un vertido continuo de hormigón durante 24 horas.
El edificio tiene 18 elevadores, dos de los cuales llegan al último piso, y cuenta con 3,678 ventanas, pero se tardó menos de dos años en construirlo, lo que parece ser un logro inimaginable hoy en día.
El diseño se redujo desde su propuesta original, que era una imponente estructura de 1,040 pies, casi al alcance de la Torre Salesforce de 1,070 pies de altura que se encuentra en la actualidad.
La compañía de seguros holandesa Aegon compró la Pirámide Transamerica en 1999, y la Corporación Transamerica trasladó su sede a Maryland.
¿Qué hay actualmente en la Pirámide Transamérica?
Actualmente, la Pirámide Transamérica en San Francisco alberga principalmente oficinas y espacios comerciales.
Aunque el edificio ya no es la sede corporativa de Transamerica Corporation, la compañía de seguros e inversiones, su forma distintiva aún se utiliza en el logotipo de la empresa como un reconocimiento a su famosa asociación.
A pesar de su popularidad y estatus icónico, no hay acceso público a la torre en la actualidad.
El mirador que solía estar en el piso superior del edificio cerró en la década de 1990. El restaurante Vertigo, un exclusivo establecimiento ubicado en la base de la pirámide, también está cerrado desde entonces.
Sin embargo, se han anunciado planes para mejoras en el área circundante.
El desarrollador Michael Shvo, quien adquirió la Pirámide Transamérica en 2020, ha prometido la creación de un parque lleno de secuoyas en la base de la pirámide, el cual estará abierto al público. Este espacio verde brindará a los visitantes y residentes un lugar para relajarse y disfrutar de la belleza del entorno.
Aunque muchas de las mejoras planeadas estarán destinadas a los inquilinos y requerirán membresía, la apertura de este parque ofrecerá a todos la oportunidad de apreciar la presencia imponente de la Pirámide Transamérica y disfrutar de un entorno natural en medio del bullicio de la ciudad.
Los visitantes también pueden aprender sobre la historia del edificio y la ciudad en general a través de programas educativos y visitas de estudiantes a la planta 36 de la pirámide, como parte de un programa educativo a nivel de la ciudad.
A medida que se desarrollan estos planes de renovación, se mantiene la esperanza de que se puedan ofrecer más oportunidades de acceso público en el futuro.
Quizás algún día los visitantes podrán disfrutar nuevamente de las impresionantes vistas desde la cima de la Pirámide Transamérica o incluso revivir la famosa salón de Duncan Nichol, que fue recreado cuando el edificio se inauguró por primera vez.
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