Después de la tragedia en la primaria Robb de Uvalde, algunos padres de familia hacen hasta lo imposible por proteger a sus hijos. Este es el caso de Carlos Fonseca y Marisa Piñón, una pareja de San Antonio, que fueron de compras “escolares”. El equipo de Univision 41 los captó al momento de ingresar a una tienda especializada en equipo militar en busca de una mochila antibalas.
"Nos da paz en nuestra mente": Tras tiroteo en Uvalde, padres compran mochilas antibalas
Carlos Fonseca y Marisa Piñón buscan lámina antibalas para ponerla en la mochila de su hijo de 9 años de edad. “En vez de enseñarles otras cosas a nuestros hijos, les tenemos que enseñar cómo se deben proteger”, explicó la mamá.

Carlos Fonseca afirmó que sus esfuerzos por conseguir una mochila antibalas para su hijo son derivados del tiroteo que acabó con la vida de 19 estudiantes y dos maestras en la escuela primaria Robb el 24 de mayo pasado.
Fonseca y Piñón buscan lámina antibalas para ponerla en la mochila de su hijo de 9 años de edad. “No, todavía no sabe (el hijo sobre la mochila antibalas), pero le vamos a explicar lo que es y dónde posicionar su mochila si sucede esa situación”, afirma Carlos.
Los padres de los niños que murieron en Uvalde sabían que sus hijos estaban indefensos y sin poder protegerse en contra de las balas de Salvador Ramos, el asesino de 18 años de edad.
“Es triste a la vez sabiendo que en vez de enseñarles otras cosas a nuestros hijos, les tenemos que enseñar cosas de cómo se deben proteger”, explicó Piñón.
Al final es una dura decisión para Carlos y Marisa, que lo hacen pensando en el día en que ellos no estén ahí para poder proteger a su hijo.
“Que nos dé un poco de seguridad y de paz en nuestra mente que él pueda defenderse de una manera u otra, creemos que eso es lo importante”, finalizó Marisa Piñón.
Tiroteo en Uvalde desencadena ola de productos de seguridad
La masacre en la escuela primaria Robb en Uvalde ha desencadenado una ola de productos de seguridad para atender esta clase de casos, desde drones armados con pistolas tasers para desarmar a los pistoleros, como mochilas transparentes para controlar el ingreso de armas a colegios.
Esta última iniciativa la lanzó, el distrito escolar del condado Bibb en Georgia, el cual publicó su código de vestimenta para el próximo ciclo escolar. En la lista aparecen el tipo de ropa que los menores pueden usar o cómo deben hacerlo, sin embargo, todos deberán cumplir con un aspecto: las mochilas deberán ser transparentes o de malla.
Por otra parte, el desarrollador de pistolas aturdidoras Axon confirmó la semana pasada que está trabajando en la construcción de drones equipados con Taser que podrían volar en las escuelas y “ayudar a prevenir el próximo Uvalde, Sandy Hook o Columbine”. Una idea que sus asesores tecnológicos no tardaron en considerar como fantasía peligrosa.
En una entrevista, Rick Smith, CEO de la empresa, comentó que se sintió obligado a hacer pública la idea después de la masacre en en Uvalde, diciendo que estaba ”decepcionado de manera catastrófica” por la respuesta de la policía que no se movió durante más de una hora para matar al sospechoso.
Críticas de los padres hacia la actuación de las autoridades
En medio de las críticas a las autoridades estatales y locales sobre la demora con la que actuaron los oficiales en contra del pistolero en la primaria Robb, la policía y los funcionarios estatales no han logrado presentar unos detalles precisos que expliquen a las familias lo que sucedió ese día.
“La respuesta de la policía fue absolutamente ridícula. El joven atacante tuvo que haber sido abatido en el instante. Estaba adentro de la escuela con un arma. Los padres que estaban tratando con todas sus fuerzas de entrar habrían podido haber hecho más de lo que ellos hicieron”, dijo una de las familiares de las víctimas a Univisión 41.
El jefe de DPS, Steven McCraw, reconoció también que fue un error no tumbar la puerta del salón donde estaba atrincherado el atacante. Comentó además que los agentes esperaron 45 minutos en el pasillo de la escuela para usar una llave maestra y abrir la puerta y confrontar al hombre armado.
"Por supuesto que no fue la decisión correcta. Fue la decisión equivocada", reconoció McCraw. Familiares de los niños contaron a los días siguientes de la masacre cómo les pidieron a los agentes de policía que irrumpieran en el luar, pero que estos no ingresaron y tampoco los dejaron entrar por sus hijos. En algunos videos publicados en redes sociales se escucha decir a los padres que los niños no tenían como defenderse.
“Dicen que acudieron con rapidez”, afirmó Javier Cazares, cuya hija de cuarto grado, Jacklyn Cazares, fue una de las víctimas fatales. “Nosotros no vimos eso”, agregó el padre, quien se había dirigido a toda prisa a la escuela tras el tiroteo y que no lo dejaron entrar.
A preguntas de la prensa, y de acuerdo con McCraw, sobre la respuesta tardía, el jefe de policía del distrito escolar, Pete Arredondo, creía que el pistolero de 18 años estaba atrincherado dentro de las aulas de la escuela primaria Robb, y que los niños ya no estaban en riesgo.















