Así soportan hogares abusivos las víctimas de violencia que son inmigrantes

Siendo migrante indocumentada en Texas y sin tener seguro médico ni acceso a ninguna ayuda gubernamental, personas que sufren de violencia familiar carecen de recursos para salir de relaciones tóxicas o agresivas.

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Gina Jiménez, Public Health Watch
Video ¿Qué hacer si eres víctima de violencia doméstica en Texas?

El matrimonio de Rocío empeoró cuando se mudó de California a las afueras de San Antonio, Texas. Lejos de su familia y amigos, el abuso emocional y físico que sufría por parte de su esposo sólo se intensificó.

“Yo a veces digo que Texas ha sido malo conmigo porque muchas cosas malas pasaron desde que estoy aquí,” dice Rocío, quien pidió que su apellido no fuera utilizado en este texto.

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Una vez escuchó a su esposo burlarse de ella mientras hablaba por teléfono con su suegra. “¿Con quién estoy casada?” recuerda que pensó. Fue cuando supo que era momento de irse. Pero hacerlo le tomó medio año.

Ofelia Delgado, una abogada de migración en San Antonio, ha visto a clientes abandonar sus casos por desesperación desde que los tiempos de procesamiento se alargaron.
Ofelia Delgado, una abogada de migración en San Antonio, ha visto a clientes abandonar sus casos por desesperación desde que los tiempos de procesamiento se alargaron.
Imagen Gina Jimenez / Archivo

Rocío era una migrante indocumentada casada con un ciudadano estadounidense que quiso regularizar su estatus migratorio. Sólo tenía un trabajo de medio tiempo como maestra de kínder y lo que ganaba no era suficiente para mantenerse. Siendo migrante indocumentada en Texas, no tenía seguro médico ni acceso a ninguna ayuda gubernamental. Incluso encontrar donde vivir era difícil.

La historia de Rocío no es única. Las migrantes indocumentadas sufren violencia de pareja al menos tanto como las ciudadanas americanas o residentes permanentes, pero algunos estudios han encontrado que son menos dadas a contactar a la Policía, buscar ayuda médica o llamar a los servicios de protección infantil.

Cuando están casadas con ciudadanos o residentes permanentes, su estatus migratorio puede ser usado para controlarlas.

Víctimas de violencia doméstica viven amenazadas con tal de mantener su estatus migratorio

“El estatus migratorio es al mismo tiempo un garrote y una zanahoria”, dice Glenaan O’Neil, directora de servicios legales de Raíces, una organización de defensa de migrantes, “Si haces lo que yo quiera, te consigo tus papeles”.

El problema se volvió tan evidente que en 1994 el Congreso aprobó el Violence Against Women Act (VAWA), que les permite a las víctimas de violencia aplicar para regularizar su estatus migratorio sin ayuda de sus abusadores. Pero la pandemia de Covid-19 alentó este proceso.

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En 2019, antes de la pandemia, el tiempo promedio en el que se procesaban estos casos era de 20 meses. En 2023, fue de 31, esto de acuerdo con los reportes anuales de U.S. Citizenship and Immigration Services (USCIS). Este mismo mes, USCIS reportó que el 80 porciento de los casos se completan en 40 meses.

El retraso en el procesamiento les impide a las víctimas acceder al mercado laboral y a servicios de salud mental, además de retrasar el cierre de una etapa traumática en sus vidas.

“Ahora estamos ante un periodo mucho más largo, lo que es muy difícil de escuchar para la gente que está en una crisis pensando ‘necesito irme, necesito salir’”, dice O’Neil.

USCIS no respondió las solicitudes de entrevista de Public Health Watch.

El retraso estuvo entre los temas que la Asociación Americana de Abogados de Migración trató con USCIS este año, dice Joy Ziegeweid, quien dirige el comité de VAWA en la asociación.

USCIS inauguró un nuevo centro de procesamiento – el centro HEART enfocado en población vulnerable – en mayo de 2023 y ha reducido el tiempo que toman algunos procesos, como la naturalización, pero no ha reducido el tiempo que toman las solicitudes de VAWA.

“Espero con ansias el día en el que veamos una reducción en los tiempos de procesamiento gracias al centro HEART,” dice Ziegeweid.

La idea de VAWA era permitirle a las migrantes comunicarse directamente con migración y decir “cumplo todos los requisitos para obtener un estatus migratorio regular, pero mi abusador está usando mi estatus migratorio para controlarme,” dice O’Neil.

Una víctima puede presentar una solicitud incluso si aún vive con el abusador como lo hizo Rocío, pero mientras ella pudo mudarse a los pocos meses, algunas personas no pueden.

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O’Neil ha tenido clientes que han permanecido en hogares abusivos por dos o tres años. “Es caro allá afuera. Es difícil”, dice.

Desde que los procesos toman más tiempo, abogados han visto a víctimas abandonar sus casos por mera desesperación. Tres años es un periodo largo.

“Muchas personas perdonan o no quieren seguir adelante con el caso” dice Ofelia Delgado, una abogada de migración en San Antonio. “Se pierde el contacto. No podemos comunicarnos con ellos. Se mudan o algo pasa”.

A diferencia de otros procesos migratorios, quienes presentan una solicitud de VAWA no obtienen automáticamente un permiso para trabajar, lo que les complica encontrar un buen trabajo con seguro médico.

Rocío reunió el coraje para dejar a su exesposo gracias a una terapeuta que veía cuando aún estaba en el seguro de él, pero cuando se divorció su cobertura se evaporó. Su trabajo en una guardería no incluía seguro médico – estaba trabajando sin papeles – y no podía pagar por sus medicinas y terapias sola, así que tuvo que suspender sus antidepresivos.

En California, donde vivió 28 años, podía aplicar a Medicaid aún siendo migrante indocumentada. En Texas, esa opción no existe.

Si el migrante en cuestión cumple con algunos requisitos, puede aplicar a un permiso de trabajo cuando presenta su solicitud y obtenerlo antes de que el caso sea completamente adjudicado. Rocío pudo hacer eso y obtuvo su permiso de trabajo un año después de presentarla.

Pero no todos cumplen con esos requisitos.

Hombres que son víctimas de violencia también pueden solicitar ayuda

Erik Poz, un estudiante universitario en la Universidad de Houston que estuvo casado con un marino estadounidense, no calificaba.

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Poz presentó su solicitud de VAWA en noviembre de 2022, pero aún está esperando noticias de migración. Poz vino solo desde Guatemala cuando tenía sólo 9 años y ha vivido en Texas desde entonces.

Su exesposo presentó una vez una solicitud para regularizar su estatus migratorio, pero la retiró cuando empezaron a tener problemas. “Me amenazó con deportarme muchas veces, por teléfono y mensajes de texto,” dice.

Durante ese tiempo, una abogada le sugirió aplicar a VAWA. Al principio creía que no calificaba por ser hombre, pero esa no es una limitante. VAWA puede ser utilizado para cualquier víctima de violencia doméstica – incluso los padres o hijos de un ciudadano estadounidense o residente permanente.

Porque creció como un migrante indocumentado en Texas, Poz aprendió a mantenerse lejos de las fuerzas policiales.

Cuando su exesposo lo golpeó afuera de un bar, estaba demasiado asustado para llamar a la policía. Poz no ha podido aceptar ninguna de las pasantías o becas que le han ofrecido porque no tiene permiso de trabajo. Tampoco ha podido conseguir FAFSA, el programa federal de apoyo económico a estudiantes.

Además, los permisos de trabajo que los migrantes pueden obtener son temporales. El de Rocío, por ejemplo, vence en 2025. Esto también complica que las víctimas dejen a sus abusadores.

Para algunas personas es difícil irse antes de que su caso sea completamente procesado y puedan quedarse en Estados Unidos de forma permanente, dice Edna Yang, abogada de migración en American Gateways, una organización de defensa de migrantes con oficinas en San Antonio.

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El largo tiempo de espera de VAWA también tiene repercusiones psicológicas para las víctimas, dice Mariela G. Shibley, una psicóloga en California que trabaja con solicitantes de VAWA.

“Están en este limbo en el que ya dejaron al abusador, pero no pueden hacer mucho”.

A veces las víctimas tampoco pueden dejar el país mientras esperan una decisión. Rocío, por ejemplo, no pudo viajar a México a ver a su abuela antes de morir.

Si bien ahora Rocío puede trabajar legalmente y cuenta con seguro médico, hay muchas cosas que todavía no puede hacer. Sin una green card, que le permita vivir y trabajar permanentemente en Estados Unidos, no puede comprar una casa o pedir un préstamo para empezar un negocio. Su abogada le dice frecuentemente que se mude a California donde va a tener más alternativas, pero se ha resistido porque es muy caro.

“Siento que por fin puedo caminar” dice “pero todavía no puedo volar”.

Si estás en Bexar County y eres víctima de violencia, llama a 1-800-799-SAFE o envía un mensaje de texto con la palabra START a 88788.


Gina Jiménez


cubre temas sobre salud mental para Public Health Watch, una organización sin fines de lucro de periodismo investigativo basada en Austin.

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