Informe revela fallas antes y después de la inundación que cobró 13 vidas en San Antonio

Un análisis independiente de más de 100 páginas concluyó que los modelos usados por San Antonio subestimaron el flujo de agua del arroyo Perrin Beitel. Las lluvias del 12 de junio provocaron la muerte de 13 personas y daños severos en el noreste de la ciudad.

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SAN ANTONIO, Texas.- Cinco meses después de las inundaciones que cobraron 13 vidas en San Antonio, un informe técnico independiente reveló las fallas de la ciudad de San Antonio antes y después de la tragedia.

El 12 de junio, una tormenta torrencial provocó inundaciones repentinas en el noreste de San Antonio, especialmente en el área del arroyo Perrin Beitel, donde el agua arrastró vehículos y personas.

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Las corrientes alcanzaron gran fuerza en el Loop 410 y Austin Highway, dejando 13 muertos, lo que se convirtió en una de las peores tragedias por inundación en la historia reciente de la ciudad.

Restos de vehículos y escombros quedaron en el área del arroyo Perrin Beitel, donde las fuertes lluvias del 12 de junio desbordaron el cauce y provocaron una de las peores inundaciones en San Antonio.
Restos de vehículos y escombros quedaron en el área del arroyo Perrin Beitel, donde las fuertes lluvias del 12 de junio desbordaron el cauce y provocaron una de las peores inundaciones en San Antonio.
Imagen Univision

Subestimaron el volumen del agua: Informe

Un informe técnico, elaborado por la firma Kleinfelder, reveló que los modelos de inundación utilizados por la ciudad subestimaron el volumen de agua que podía correr por el arroyo Perrin Beitel durante una tormenta como la registrada ese día.

De acuerdo con el documento, las intensas lluvias correspondieron a un evento de lluvia de 25 años, es decir, uno con una probabilidad del 4% de ocurrir en un año determinado. Sin embargo, la infraestructura y los sistemas de drenaje no estaban diseñados para soportar ese nivel de precipitación.

Los planos originales del Departamento de Transporte de Texas, elaborados en 1979, ya indicaban que el camino de acceso del Loop 410 —donde se registraron las mayores corrientes— estaba construido a una elevación “vulnerable a desbordarse” durante una tormenta de esas dimensiones.

La ciudad no contaba con sistemas de alerta

El informe concluye que, además de los errores en el modelado, San Antonio carecía de protocolos y sistemas de detección temprana que pudieran haber prevenido parte de la tragedia.

Tampoco existían requerimientos que obligaran a implementar medidas específicas para mitigar inundaciones en el arroyo Perrin Beitel, una zona históricamente propensa a anegarse.

La falta de mantenimiento y la vegetación densa también agravaron la situación. Según el análisis, la acumulación de follaje impidió el flujo del agua, provocando un desbordamiento sobre la carretera. Lo que estaba diseñado para dirigir el cauce hacia el arroyo terminó convirtiéndose en un canal mortal cuando la corriente se salió de control.

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A pesar de que la ciudad documentó trabajos de limpieza días antes del desastre, los esfuerzos fueron insuficientes.

Recomendaciones para evitar otra tragedia

El estudio propone la instalación de medidores de nivel, señalización avanzada y luces intermitentes en los cruces más vulnerables, además de una coordinación más estrecha entre los departamentos de Obras Públicas, Bomberos y Policía para emitir cierres viales y alertas en tiempo real.

También recomienda reubicar los medidores de inundación a los puntos más bajos de los cruces y ampliar la red de sensores que monitorean los niveles de agua.

En el sitio donde antes corría el agua, once cruces improvisadas con flores y fotografías recuerdan a las víctimas. Para sus familias, las conclusiones del informe llegan muy tarde, pero esperan que sirvan para evitar que otra tormenta vuelva a sorprender a la ciudad sin preparación.

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