Madre hondureña sale de la iglesia en Utah donde estuvo refugiada tres años y tres meses

Gracias a un permiso de permanencia por un año, y después de tres años y tres meses de confinamiento en santuario dentro de las paredes de la Primera Iglesia Unitaria de Salt Lake City, Vicky Chávez y sus dos hijas pequeñas podrán vivir en libertad nuevamente.

Video Vicky Chávez abandona santuario de Utah tras luchar contra una orden de deportación

Vicky Chávez, la madre soltera hondureña confinada en una iglesia de Salt Lake City con sus dos hijas pequeñas desde enero de 2018, finalmente sale de su encierro. Chávez llegó a Estados Unidos en 2014 con una hija en brazos con la esperanza de obtener asilo, solo para enfrentar la negativa del gobierno,

Después de haber perdido toda esperanza, Chávez, cuya historia logró estatus nacional después de un reportaje de Univision 32 sobre su situación, obtuvo un permiso de estadía por el periodo de un año para ella y sus dos hijas, lo que le dará tiempo para apelar en libertad, la negativa a su petición de asilo.

La petición de asilo de Chávez, quien había huido de Honduras en 2014 para poner a salvo la vida de su hija y la suya propia, fue negada por el gobierno de Estados Unidos, el cual emitió una orden de deportación, con el 30 de enero de 2018 como fecha final para abandonar el país definitivamente.

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Inicialmente, Chávez había decidido llevar adelante su proceso por las vías legales, ya que estaba convencida de que su caso cumplía claramente con todos los requerimientos para obtener el ansiado asilo. Pero enfrentada a la decisión inmediata de abordar un avión de regreso a Honduras, donde las vidas de sus hijas, la menor de ellas nacida en Estados Unidos, y la suya propia estarían nuevamente en peligro, hizo lo que se había prometido nunca hacer; tomar refugio dentro de una iglesia.

Chávez estuvo recluida en las instalaciones de la Primera Iglesia Unitaria de Salt Lake City por tres años y tres meses. Allí vio a sus hijas crecer confinadas dentro de las instalaciones de la ese centro de culto, mientras la mayor de ellas, sin entender la situación, le preguntaba cuándo podrían ir al cine, visitar un parque de diversiones, o hacer todas las otras actividades que los niños disfrutan y necesitan hacer.

Una demanda interpuesta por Chávez y otras mujeres en situaciones similares contra el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos, mejor conocido como ICE por sus siglas en inglés, alega que Chávez y las otras mujeres, fueron multadas con montos extraordinariamente altos de hasta 500,000 dólares por el por haber hecho del conocimiento público los pormenores de sus casos, exponiendo el maltrato que reciben en Estados Unidos las personas que piden asilo.

Vicky Chávez y sus hijas supieron dos años antes que el resto del pueblo estadounidense lo que significa estar confinado forzosamente para poder asegurar su supervivencia y bienestar, y ahora, dentro de las limitaciones necesarias para protegerse del coronavirus, Chávez y sus dos hijas podrán nuevamente vivir en libertad.

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Otra mujer identificada como Hilda Ramírez, una guatemalteca que había estado confinada en una iglesia de la en Texas, también recibió el permiso para permanecer en Estados Unidos. Ramirez estuvo refugiada en la iglesia de Saint Andrew en el norte de Austin con su hijo Iván, y tiene una orden de deportación en su contra.

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