‘No sabo kids’ en California: la herencia del español en el estado dorado

Más de 10 millones de personas hablan español en California y una buena parte de estos son usuarios de herencia. Una herencia cultural que los identifica, pero que, en algunos casos, también lo ha marcado con el mote de ‘No sabo kids’: personas que por su forma de hablar el español han sido sujetos de burlas y discriminación, provocando lo que expertos identifican como trauma lingüístico. Sin embargo, el español no es algo nuevo en California, pues en sus mismas raíces sociales y culturales ha permanecido a lo largo de los siglos.

Video Qué es el español claro y por qué es importante en tus trámites en California

SACRAMENTO, CA .- California es un territorio en el que el español se habla de forma natural. Es parte de su fundación y de su historia; pero también ha sido el punto de partida para la discusión social, cultural y, recientemente, política entre los latinos que aquí viven.

Más de 10 millones de personas hablan español en California, lo que convierte al estado dorado en el territorio con la mayor cantidad de hispanohablantes, según los datos más recientes del Censo de los Estados Unidos.

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El uso cotidiano de esta lengua crece aún más si las cifras se llevan a nivel nacional, con 44.9 millones de personas que lo hablan o que se identifican como hispanohablantes; lo que convierte en la segunda nación con más usuarios del español después de México.

Con una diversidad que la caracteriza, entre los hablantes del español en California también hay distintas formas de usarlo. Aunque la lengua castellana ha sido parte de la fundación misma del estado, hoy mismo persisten formas de discriminación que hacen blanco a ciertos grupos de usuarios a los que se les ha denominado los ‘no sabo kids’.

Bajo una forma de discriminación que se difunde en la vida virtual y real, este grupo de herederos culturales del español ha optado, en ocasiones, por abandonarlo y esconderlo, no solo de quienes critican su uso en un país cuyo idioma oficial es ahora el inglés, sino ante otros hispanohablantes.

‘Tú no eres de aquí… tú hablas diferente”

Jaquelin Álvarez nació en Fall River Mills, California, como parte de una familia mexicana, con profundas raíces latinas y orgullosa de sus herencias culturales, originaria de Jalisco, en el occidente de México.

‘Jacki’ aprendió español en casa, como millones de otros latinos que heredan de sus padres la lengua que ellos aprendieron del otro lado de la frontera.

Ella es parte de los denominados ‘no sabo kids’: personas identificadas de esta forma por su uso limitado del español o porque simplemente nunca aprendieron el idioma de sus padres y abuelos.

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“Tengo todo esto que me hace mexicana, pero no puedo hablar el idioma bien”, relata Jacki desde el campus de la Universidad de California en Davis.

“Mi mamá tenía mucho miedo de que nosotros perdiéramos nuestra capacidad de hablar el español.”

Jacki: El trauma de no hablar el español ‘correcto’

Para Jacki visitar México era parte de su normalidad. Allí estaban sus abuelos, sus primos y familiares con quienes pasó largas temporadas de su infancia.

Sin embargo, fue en ese mimo círculo de confianza en donde, conforme crecía, fue siendo blanco de una forma de discriminación por la forma en cómo usaba el idioma que sus padres le heredaron.

“Tú no eres de aquí. Tú hablas diferente. Tú no eres de Jalisco. Tú eres de los Estados Unidos”.

Esto le ganó apodos y burlas por el acento que tenía al hablar el mismo idioma que sus familiares y amigos en México, lo que la llevó a aislarse de una parte de su identidad como mexicana y, buscar, olvidarse del español.

“Si no puedo ser mexicana, pues debo de tratar de ser más americana. Debo tratar de dejar de escuchar música mexicana y ponerme a ver una de Taylor Swift”, abundó.

Deb: la heredera a la que se le negó el español

El impacto social del español y su uso como una lengua de herencia, pero también de resistencia e identidad, ha puesto a miles de sus hablantes en situaciones límite, en donde el olvido pareciera el único lugar seguro.

La familia de Deb Morones llegó a California a principios del siglo XX. Su padre no nació en México, como sus abuelos, sino en California en los años 1920.

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Él heredó el español de sus padres y fue la única lengua que aprendió y con la que se enfrentó a una sociedad que no siempre abrazó la diversidad lingüística ni la herencia hispana de California.

En entrevista con Univision, Deb recuerda como su padre fue víctima de discriminación por el simple hecho de hablar español y de cómo esto lo llevó a decidir romper la línea natural de la herencia del idioma a su hija Deb.

“Cuando en mi familia hablaba en español me decían ‘no’ y se tronaban los dedos. Así que ahora escuchó ese tronido de dedos cuando intento hablar en español”, cuenta.

“Nunca me sentí cercana a mi cultura, pero también distante al español, a pesar de haber estado tan expuesta a escucharlo”.

El trauma que aleja y cancela

Los perfiles de Jacki y Deb son ejemplos de lo que expertos en lenguaje identifican como un “trauma lingüístico”, y sus historias son reflejo de miles de otras que no son contadas en California.

Este fenómeno se desarrolla en personas que pasan por experiencias negativas con el lenguaje, y que las lleva a limitar el uso que esa persona tiene de un idioma, en este caso del español.

Esto ocurre porque “sus amigos, compañeros e, incluso, familiares de otros países de habla hispana se burlaron de ellos”, apuntó la lingüista de UC Davis, Angélica González.

En el caso de Deb este trauma llevó a su familia a cancelar al 100% el uso del español como un mecanismo de protección ante un escenario de franca discriminación.

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“(Mi padre) era visto como un hombre de piel oscura, que fue tratado de una forma horrible por ser mexicano”, recordó Deb.

“La gente me maltrataba por hablar español y no quiero que eso te pase a ti”, abunda al recordar las palabras de su padre.

Esa discriminación y el trauma que le provocó no solo le canceló la posibilidad de comprar una vivienda bajo normativas como al redlining: una práctica discriminatoria que prohibía a ciertos inmigrantes a obtener préstamos o comprar viviendas en ciertos vecindarios delimitados por una línea roja en mapas hechos por el gobierno.

California y el español: una historia indisoluble

A pesar de que en California también se implementaron prácticas discriminatorias basadas en el origen racial y el uso de un idioma diferente al inglés, el español y los latinos son parte indisoluble de su pasado y presente.

Muestra de esto es la ciudad de Monterey, ubicada en la Costa Central del estado, en donde es posible rastrear las raíces de la presencia del español en California y de su uso como lengua viva.

En los salones del edificio Colton Hall se resguarda una parte importante de la presencia del español en territorio californiano: ahí estuvo la primera escuela bilingüe y ahí mismo se firmó la primera constitución estatal, escrita en inglés y en español.

“No se puede entender California, ni su historia, ni la historia de Estados Unidos sin el español”, apuntó Gabriel Guillén, profesor de Lingüística en el Middlebury Institute of International Studies.

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California fue parte de México desde 1821, cuando consumó su independencia de España, hasta 1848, cuando con la firma del tratado Guadalupe-Hidalgo su territorio fue cedido a los Estados Unidos.

Sin embargo, el español no se perdió en este proceso que mucho influyó en el futuro institucional de este territorio, pero poco en la vida cotidiana de sus habitantes, principalmente en los mexicanos que quedaron de este lado de la frontera con México.

“El español estaba presente en el primer periódico de California que fue escrito en español e inglés, y después de un proceso hubo una época en la que se impuso el inglés y el español desapareció de alguna manera, pero no completamente”, abundó Guillén.

Sin embargo, la tradición migrante de California inyectó nueva vida al español que nunca terminó por irse del estado dorado y los datos oficiales así lo reflejan.

California: territorio de hispanohablantes

Con 10 millones de personas que se identifican como hispanohablantes, California es el estado en Estados Unidos en el que más español se habla, mientras que el país es el segundo en todo el mundo, tan solo después de México.

“Creo que ahora estamos en un momento en el que existe mucho orgullo por la lengua y muchas personas que la quieren mantener”.

Vivir, pensar y hablar en español

A pesar de su amplia presencia, en California hay miles tal vez millones de latinos que deciden privarse de servicios básicos por la falta del español en el uso cotidiano.

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“Hay personas que ni siquiera van a un médico porque no saben cómo poder expresarse. No quieren ir al dentista, no quieren pedir servicios básicos porque no lo pueden hacer en inglés”, apuntó la experta de UC Davis, Angélica González.

González abundó que existe una brecha basada en el desconocimiento de las leyes que aleja a esta población de hispanohablantes de derechos vinculados con el uso del lenguaje.

Agregó que en el país existen más de una docena de regulaciones, tanto federales como estatales, que protegen estos derechos.

Entre estas leyes se incluyen el Título VI de la Ley de Derechos Civiles, las leyes de Lenguaje Claro, de Igualdad de Oportunidades Educativas o la Sección 1557 de la Ley de Atención Médica Asequible.

Estos cuerpos de leyes federales protegen a las personas de la discriminación basada en el origen nacional y el idioma, obliga a las agencias del gobierno a usar un lenguaje claro y protege los derechos al acceso a la educación y a la salud.

California va más allá con leyes como la de Servicios Bilingües, que obliga a las agencias estatales y locales a ofrecer atención en inglés y otros idiomas, incluido el español, cuando el 5% o más de la población habla otro idioma distinto al inglés.

También existen legislaciones que garantizan realizar negocios en español o que sus partes reciban copias en sus idiomas, en trámites como préstamos, arrendamientos o seguros; además de que se ofrezcan servicios bancarios y financieros también en español.

Leyes que protegen derechos basados en el idioma existen también en California referentes a procesos judiciales, educación, empleo, acceso a servicios sociales y de salud, y para el ejercicio de derechos civiles como votar

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Frente a estos recursos, González recordó que “es importante que se soliciten los servicios en el idioma en el que puedan sentirse más inteligentes”.

Español: herencia cultural, orgullo y resistencia

Entre el grupo de los autodenominados ‘no sabo kids’ hay un grupo que ha decidido darle un giro a ese mote y aprovecharlo como impulso para transformar la vergüenza en orgullo.

“Fue cuando tuve una conversación con mis papás que me dijeron: ‘tú eres mexicana’ (...) Les dije que siento que no sé ni hablar bien con ustedes, cómo puedo ser mexicana si no tengo ese español rico, académico.

“Ellos me dijeron: ‘nomás porque tengas acento cuando hablas no te quita tu identidad. Tú vienes de papás que nacieron en México, o sea que tú eres mexicana”, recordó.

Esta conversación le hizo girar del ‘no sabo’ al ‘sí sé’ y del alejamiento y la cancelación del español y de la cultura mexicana, a construir una reconexión con sus raíces culturales.

“Decidimos hacer un cambio en nuestra escuela e hicimos un club de “Hola”, con el que Jackie y sus compañeros latinos compartían su idioma y sus tradiciones hispanas.

Ahora, ella invierte parte de su tiempo en difundir el valor de recuperar el español como una lengua viva en California.

“Que tomen valor en eso, que lo tengan como motivación para mejorar. Que cada ‘no sabo’ se vuelva un ‘sí sé’”, remató.

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